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Autor Tema: ¿POR QUí‰ FRACASAN LAS NACIONES?...  (Leído 190 veces)

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¿POR QUí‰ FRACASAN LAS NACIONES?...
« en: Julio 03, 2012, 09:09:29 am »
Por...    HERNíN GONZíLEZ RODRíGUEZ



El autor de esta nota ha considerado de tiempo atrás que gran parte de los problemas de Colombia se relacionan con la incompetencia de sus instituciones. Estima que por acá funcionan con frecuencia más como obstáculo que como locomotora: los partidos polí­ticos, el Ejecutivo, la Justicia, el Congreso, las Altas Cortes, la lucha contra la guerrilla, las obras públicas, los medios de comunicación y hasta algunos sectores de la Iglesia Católica.
 
La revista Semana publicó recientemente un gran resumen sobre el libro titulado Why Nations Fail (Por quíé fracasan las naciones), cuyos autores son James Robinson y Daron Acemoglu, profesores de Harvard y del MIT. Este libro se considera como el libro más destacado del año sobre economí­a.
 
Aún no lo he leí­do, pero considero oportuno tomar algunas ideas del buen resumen de Semana. Muchas veces pensamos que la geografí­a, las montañas, la cercaní­a a la costa o el clima determinan la prosperidad de un paí­s. Otras veces inculpamos la herencia española, las diferencias raciales y el mestizaje de alguna parte de nuestros fracasos. No hace mucho se pensaba que China no podrí­a industrializarse y progresar por culpa de sus principios religiosos. 
 
Nada más equivocado. La tesis principal del libro es que el futuro de las naciones dependerá de la forma como los pueblos organicen sus instituciones y sus reglas de juego. Aunque las instituciones económicas son esenciales, consideran que las instituciones polí­ticas son las más determinantes. La economí­a marcha tras la polí­tica.
 
Las naciones fallan porque sus instituciones son díébiles y excluyentes, al privilegiar unos grupos de la sociedad sobre otros y concentrar el poder en una íélite que actúa para su propio beneficio. Para corroborar esta tesis mencionan a Egipto, nación gobernada durante díécadas por una casta reducida. No lo mencionan los autores citados, pero los polí­ticos estadounidenses han impedido la recuperación rápida de su economí­a, y de los polí­ticos colombianos ni hablar..

El punto fundamental es la capacidad del Estado para gestar instituciones que protejan la propiedad privada, estimulen la innovación y generen incentivos y oportunidades por igual. Alguien despuíés de leer el libro lo resumió así­: “¡Es la polí­tica, estúpido!”.

El libro le dedica algunos párrafos a Colombia. Robinson,  con la autoridad de ser conferencista frecuente en la Universidad de los Andes, considera que el centralismo nuestro nos impide controlar todo el territorio y, como consecuencia, en muchas partes del paí­s la ley está ausente. No es de extrañar entonces, dice, que hayan florecido grupos como los narcotraficantes, el paramilitarismo y la guerrilla.

“Pero en algunas regiones del paí­s, las instituciones económicas funcionan bastante bien… pero, en otras, las instituciones muestran un grado mí­nimo de autoridad estatal”. Se queja, así­ mismo, de las desigualdades, de la carencia de un ríégimen tributario equitativo y justo, de la incapacidad de los gobiernos para mejorar una infraestructura que se arruina en cada invierno y de la baja inversión en educación, tecnologí­a e innovación.

Y termina afirmando que si bien Colombia no está a punto de colapsar, piensa que lograr por acá un crecimiento económico sostenido, elevado y generalizado, es muy poco probable. Pero, a pesar de su pesimismo, estima que no es imposible cambiar, corregir el rumbo.


•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...