Alemania es el país con mayor poder dentro de la Unión Europea, sin embargo, no ha logrado su objetivo de homogeneizar el impuesto sobre sociedades, el tributo que grava los beneficios empresariales. Los últimos datos de Eurostat muestran que Malta, Chipre y Luxemburgo lideran el ranking de países que más recaudan en porcentaje de su PIB por el impuesto sobre sociedades.
Los tres territorios han sido acusados de ser paraísos fiscales y de realizar una competencia fiscal desleal. El rescate de Chipre ha elevado las voces que exigen acabar con este tipo de regímenes tributarios que erosionan las bases imponibles del resto de países. Y en los tíérminos pactados con la troika se exige al país que lo eleve del 10% al 12,5%.
Alemania, por ejemplo, ingresa por el impuesto de sociedades el equivalente al 2,2% de su PIB, mientras que el porcentaje asciende al 6,5% en Malta y al 6,2% en Chipre. España, por su parte, se mueve en torno al 1,8% y ocupa el puesto 23 en la UE-27. Si bien los datos corresponden a 2010, no suelen registrarse cambios relevantes en el ranking de un año a otro. Si se toma como referencia un periodo de tiempo relativamente largo, se observa que la entrada en la UE en 2004 supuso un acicate para que ambos países incrementaran sus ingresos fiscales.
A primera vista, puede resultar paradójico que un país como Chipre, que aplica el gravamen más bajo de la UE ingrese, en tíérminos relativos, más que las principales potencias europeas. Lo mismo sucede con Malta, que mantiene un tipo nominal del 35%. Sin embargo, este gravamen tan elevado no se aplica para empresas no residentes.
Lo que sucede, como ya ha reconocido Bruselas, es que la globalización y las planificaciones fiscales agresivas permiten que las grandes empresas puedan deslocalizar sus beneficios en territorios de baja tributación. Ello explica que estados como Chipre y Malta logren una notable recaudación por Sociedades a pesar de mantener una tributación muy baja en comparación con países como España, Alemania, o Francia.
De hecho, los datos de Eurostat revelan que el tipo en el impuesto sobre sociedades no es una variable que permita predecir el nivel de ingresos. España es un ejemplo: con un tipo nominal muy elevado, del 30%, es de los países que menos recauda. Ello se debe, en parte, al elevado número de deducciones que recoge la legislación española. Bruselas trabaja para armonizar este tributo y acabar así con los regímenes tributarios propios de paraísos fiscales dentro de la UE. Sin embargo, cualquier reforma tributaria en el marco comunitario cuesta un mundo.
¿Quíé hace un paraíso fiscal dentro de la Unión?
Chipre es, por detrás de Malta y Estonia, el país con un menor PIB dentro de la Unión Europea. Quizá por ello, durante años la pequeña isla pasaba totalmente desapercibida.
A Bruselas no parecía importarle mucho que Chipre tuviera un ríégimen fiscal más propio de un paraíso fiscal que de un Estado miembro o que sirviera como refugio de dinero de dudosa procedencia. Los oligarcas rusos, aunque no solo ellos, encontraron en Chipre un lugar que creían seguro para salvaguardar su patrimonio.
Sin embargo, el rescate acordado por la Comisión Europea y el FMI para evitar la bancarrota de la banca chipriota ha puesto encima de la mesa una pregunta de difícil respuesta: ¿Quíé hace un paraíso fiscal dentro de la UE? Aunque antes de contestar a esta pregunta, se debería formular otra. ¿Es Chipre un paraíso fiscal?
Formalmente, para la Unión Europea, no. Tampoco para la OCDE. De hecho, España es el único Estado miembro que, oficialmente, cataloga a Chipre como un paraíso fiscal. Forma parte de la lista negra que aprobó el Gobierno de Felipe González en 1991. Aunque saldrá pronto, ya que Chipre y España han acordado la firma de un convenio de doble imposición que entrará en vigor en breve.
En cualquier caso, países como Alemania tienen claro que el ríégimen fiscal de Chipre no es acorde con el resto de la UE y, precisamente por ello, se obligará a la isla a elevar el impuesto sobre sociedades