Las materias primas se han convertido en una importante fuente de preocupación. Si recuerdan, los años anteriores a la crisis lo precios de las “comodities” subieron espectacularmente.. Esto sucedió en parte por la demanda; pero, en buena medida, fue consecuencia de la entrada masiva de capital proveniente de los fondos más agresivos. Con el sector inmobiliario por las nubes y las Bolsas batiendo récords, la alternativa de las materias primas era muy halagüeña. Fíjense hasta que punto fue la cosa que de diez compraventas cruzadas de petróleo en 2008, una solamente respondía a necesidades de consumo y las nueve restantes eran meras operaciones financieras. Se compraba el barril de crudo a 60 dólares con la esperanza de venderlo a 80. El resultado lo conocemos de sobra, el barril llegó a los 140 dólares. Al cobre, al níquel y a otras materias primas les sucedió algo similar.
El efecto inmediato fue un repunte de la inflación, esto provocó una subida de los tipos, lo que colocó a la crisis en la parrilla de salida. Pero claro, tenemos un problema, no podía ser de otra manera, las subidas de tipos se han mostrado eficaces cuando la inflación sube a consecuencia de la demanda. Por el contrario si la subida de tipos es producto de la subida de costes, su eficacia es casi nula. Podemos encontrarnos entonces en una situación en la que el endurecimiento de la política monetaria no encuentra compensación en la moderación de precios.
Con la recesión, las materias primas sufrieron un auténtico descalabro. Pero como el descenso fue exagerado, entiendo yo que al igual que Barclays Capital que lo acaba de pronosticar, el flujo de capital dirigido a las materias primas puede alcanzar una cifra récord.
Si analizan la evolución de los precios de las materias primas, observarán que se empieza a reflejar movimiento; y no sólo en el petróleo, miren el oro. Pero tengan en cuenta que esto no es consecuencia de un aumento de la demanda, sino que refleja el retorno de la especulación, pudiendo suceder si esto fuera cierto, que la inflación subiera, adelantando de manera inequívoca las subidas de tipos. No me negarán que esto sería un enorme lastre para la recuperación en Europa.
Bastantes problemas tenemos ya.
Salud y suerte en las inversiones, las vamos a necesitar.