La crisis reduce las cifras de inmigración y aumenta la propensión a emigrar
España podría perder más de medio millón de habitantes en los próximos diez años si se mantienen las tendencias demográficas actuales. Esto supondría un descenso del 1,2% en relación con la tasa demográfica actual, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Según el informe sobre la “Proyección de la Población de España a Corto Plazo 2011-2021” la población se reduciría hasta los 45,6 millones de personas dentro de diez años. La principal consecuencia para nuestro país es que España comenzaría a experimentar tasas de crecimiento demográfico “ligeramente negativas” en el presente año.
En cuanto a la evolución de la pirámide poblacional, el descenso paulatino de la natalidad tendría como primera consecuencia una reducción de los niños menores de cinco años en 409.358 efectivos (un 16,5%) entre 2011 y 2021.
A pesar del ligero decrecimiento en el número de habitantes, el envejecimiento poblacional determinaría un incremento del número de fallecimientos a lo largo de los próximos años.
Así, en el periodo 2011-2020 se llegarían a registrar casi 4,1 millones defunciones, un 7,8% más que a las observadas entre 2001 y 2010. En el año 2020 se producirían 415.386 fallecimientos, 9,7% más que en 2010 y, según recoge el estudio, en caso de mantenerse en el próximo decenio los ritmos de reducción de la incidencia de la mortalidad actualmente observados, la esperanza de vida al nacimiento se incrementaría en 2 años en los varones (hasta los 80,9) y en 1,5 años en las mujeres (hasta los 86,3).
La crisis económica tiene una consecuencia directa. El flujo inmigratorio alcanzaría en 2011 un nivel en torno a los 450.000 inmigrantes, ligeramente inferior a los estimados para 2010 (465.169) y 2009 (480.974). A su vez, 580.850 personas abandonarían nuestro país para residir en el extranjero en el presente año, por lo que el saldo migratorio con el extranjero en 2011 se haría negativo (-130.850).
Los resultados de la proyección revelan una “propensión de la población” a emigrar al extranjero. Si así fuera, la migración neta se iría recuperando progresivamente en los próximos años, pero sin llegar a hacerse positiva, acumulándose un saldo migratorio de -945.663 entre 2011 y 2020.
La progresiva disminución del crecimiento natural de la población y los niveles “muy discretos o negativos” de la migración exterior serían los factores fundamentales que determinarían que ocho comunidades autónomas (Cataluña, País Vasco, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Galicia, Asturias, La Rioja y Extremadura) vieran reducida su población durante 2011 y también a lo largo de la próxima década. En siete comunidades el número acumulado de defunciones superaría al de nacimientos en la próxima década. Así, el saldo vegetativo entre 2011 y 2020 resultaría negativo en Galicia, Castilla y León, Principado de Asturias, País Vasco, Extremadura, Aragón y Cantabria.
Hay cifras que llevan números rojos aunque estén en negro. Según el Instituto Nacional de Estadística, para el año 2021 habrá casi ciento veinte mil habitantes menos en la Comunidad Autónoma Vasca. Bizkaia, Gipuzkoa y Álava tendrán 118.320 paisanos menos.
El mundo va a más. Nosotros a menos. Dicen que será, principalmente, por el descenso de nacimientos, aumento de la emigración a otras zonas por búsqueda de trabajo y regreso a lugares de origen. A nadie se le escapa que la crisis hace que los peones del ajedrez se muevan más de lo debido, pero no deberíamos pasar página tan rápido.
Esto es lo que nos espera de aquí a 10 años, aunque puede que solo sean estadísticas, de todos modos debemos prepararnos por que nuestros hijos emigraran igual que hicieron muchos de sus abuelos.
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