Por... Amilcar Morales Garcia
El gobierno del presidente Franí§ois Hollande realiza hoy intensas negociaciones con varios sectores del Parlamento, opuestos al programa de austeridad elaborado para reactivar la economía francesa y equilibrar las finanzas públicas.
Los legisladores deben discutir y votar el proyecto el próximo martes en la Asamblea Nacional, donde el gubernamental Partido Socialista (PS) tiene una ligera mayoría.
Sin embargo, un grupo de parlamentarios de la formación política de Hollande insisten en modificar el plan, sobre todo en lo referido a la congelación de salarios en el sector público, así como las pensiones de los retirados y la reducción de los subsidios familiares.
"Dónde está la justicia cuando, para financiar la rebaja de impuestos a las empresas, se piensa disminuir el poder adquisitivo de los jubilados y las ayudas para la vivienda y la salud", dijeron en un comunicado varios diputados del PS.
La iniciativa aprobada esta semana en el Consejo de Ministros prevíé otorgar al sector privado beneficios fiscales por 30 mil millones de euros a cambio de crear nuevos empleos, invertir más en la economía nacional y propiciar el diálogo social.
Con el objetivo de compensar esos fondos, el primer ministro Manuel Valls propuso reducir los gastos del Estado en 50 mil millones de euros de aquí al 2017.
La víspera la ministra de Asuntos Sociales, Marisol Touraine, anunció la baja del presupuesto de salud por un monto de 10 mil millones de euros.
Los miembros de la bancada de Europa Ecología-Los Verdes (EELV) decidirán este fin de semana si se abstienen o votan en contra del programa de austeridad gubernamental.
Valls tiene una compleja relación con los verdes e, incluso, cuando asumió la jefatura de gobierno los dos ministros ambientalistas, Cíécile Duflot, de Vivienda, y Pascal Canfin, de Desarrollo, decidieron abandonar el gabinete.
Si el ejecutivo no logra convencer a los opositores dentro del PS y a EELV, tendrá que apelar al voto de la derecha para sacar adelante su proyecto.