Más demostraciones de fuerza de la tendencia alcista, por si alguien tenía todavía alguna duda. Despuíés de conquistar el miíércoles los 10.000, era de esperar cierta consolidación de niveles en el Dow Jones.
Y así fue al inicio de la sesión, pero enseguida quedó claro que la caída no iba a ir muy lejos. Y a última hora llegó un tirón alcista que permitió a los índices cerrar en máximos del día.
Así, el Dow Jones acabó con un alza del 0,47%, el S&P 500 se anotó el 0,42% y hasta el Nasdaq, el más remolón ayer, fue capaz de salir de los números rojos y cerrar en positivo. Cuando un mercado corrige subiendo es que está muy fuerte, fortaleza que hoy debería trasladarse a Europa al cierre semanal. Y ya se sabe que es poco recomendable llevarle la contraria a la tendencia.
La caída inicial tuvo detrás unos resultados de Goldman Sachs y de Citigroup que, aunque fueron buenos, no lo fueron tanto como muchos en el mercado esperaban. Es decir, estuvieron lejos de confirmar que la crisis bancaria ha terminado.
La economía dejó sensaciones mixtas. El IPC subió el 0,2%, en línea con lo esperado, las demandas semanales de subsidios se redujeron algo más de lo previsto (lo cual es positivo), el índice de la Fed de Filadelfia se redujo más de lo que anticipaban los analistas (lo cual es negativo) y el índice Empire State destrozó los pronósticos con una fuerte subida cuando se esperaba una caída.
Un elemento decisivo para la remontada final fue el subidón del 3% del petróleo hasta 77,59 dólares, que impulsó a las petroleras de Wall Street. Por el contrario, el oro prosiguió la consolidación iniciada el miíércoles y cayó hasta 1.049 dólares. El que sigue sin levantar cabeza es el dólar, que cedió hasta 1,4933 unidades por euro.