Los máximos responsables de Caja España y Caja Duero, que se reunieron ayer con el Banco de España, recibieron un mensaje claro del regulador: su fusión debe estar cerrada antes del 31 de diciembre, con el fin de que la operación pueda recibir los críéditos del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob).
Los máximos responsables de Caja España y Caja Duero, que se reunieron ayer con el Banco de España, recibieron un mensaje claro del regulador: su fusión debe estar cerrada antes del 31 de diciembre, con el fin de que la operación pueda recibir los críéditos del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob).
El lunes ambas cajas recibirán el informe de KPMG y se retomarán las reuniones para cerrar los acuerdos sobre la ubicación de la sede social, así como la de los centros operativos, despuíés de que Caja Burgos se descolgara de la operación.
Según fuentes del sector, se da por hecho no presentarán objeciones al plan de negocio que proponga KPMG. El presidente de Caja Duero, Julio Fermoso, apuntó ayer que la aprobación de la operación por las asambleas generales será en abril y que la nueva caja tendrá un consejo de administración único formado por 34 miembros.
Todo apunta a que el presidente de la futura entidad, que tendría sede en León, sería Santos Llamas, actual número uno de Caja España; la dirección general, que estaría en Salamanca, la ocuparía Lucas Hernández, de Caja Duero. Sin embargo, aún pueden surgir conflictos en torno a la ubicación de las sedes.
Con respecto al resto de cajas de Castilla y León, todas las opciones están aún encima de la mesa. Hay rumores de que Caja Burgos mantiene contactos con Caja Navarra, en proceso de fusión virtual con Caja Canarias mediante un Sistema de Protección Institucional (SIP), pero la entidad burgalesa no se pronuncia. Además, algunas fuentes apuntan a que Caja ívila y Caja Segovia querrían acercarse a Caja Madrid.
Movimientos en Galicia
Mientras, el Gobierno gallego cumple las previsiones y refuerza su poder sobre las cajas. El Parlamento gallego aprobó ayer por unanimidad una reforma de la ley de cajas para que la Administración autonómica tenga representación en los órganos de gobierno y poder de veto sobre las nuevas formas de alianzas como los SIP.
El presidente de la Xunta se reunió con los máximos ejecutivos de Caixa Galicia y Caixanova para darles un informe “tíécnicoâ€, elaborado por el propio Gobierno, que actuará de mediador para definir el mapa financiero de la Comunidad en el plazo “máximo†de siete días. Aunque de forma expresa Feijóo nunca se manifestó a favor de una fusión regional –a la que se opone Caixanova– ha lanzado algunos mensajes en este sentido.
Un nuevo SIP
Por su parte, CajaSol y Caja Guadalajara han reconocido que están en conversaciones para aliarse mediante “un Grupo Contractual Consolidable de Cajas de Ahorros, que constituye en sí mismo un SIPâ€, según la caja andaluza. Los consejos de ambas entidades autorizaron ayer a sus presidentes para avanzar en esta operación que está abierta a la incorporación de otras cajas, según ambas entidades.
Esta fórmula permite mejorar la solvencia, poner en común los sistemas de riesgo y facilitar el acceso a los mercados. Tambiíén permite que las entidades que lo integren mantengan la identidad y personalidad jurídica, así como sus órganos de gobierno.
Consolidación
- Caja España y Caja Duero retoman la próxima semana las negociaciones sobre la ubicación de la sede.
- Santos Llamas presidiría la nueva caja fusionada y Lucas Hernández sería el director general.
- La Xunta actuará de mediador para redibujar el mapa financiero gallego en siete días.
- CajaSol y Caja Guadalajara quieren que otras cajas se sumen a su alianza virtual.
Negociaciones de Penedí¨s y Laietana
Los consejos de administración de Caixa Penedí¨s y Caixa Laietana podrían aprobar hoy oficialmente el inicio de negociaciones para abordar su unión mediante un Sistema Institucional de Protección (SIP). Tras los contactos de las últimas semanas, el proyecto se presentará ahora formalmente a los consejeros.
Si recibiera luz verde, la operación supondría culminar el proceso de reordenación del sistema financiero catalán, que pasará a tener sólo cuatro cajas, frente a las diez que existen actualmente. Las dos cajas sumarán unos activos de alrededor de 32.000 millones de euros, lo que les situará en el cuarto puesto del ránking catalán, por detrás de La Caixa y de las uniones de Catalunya-Tarragona-Manresa y de Sabadell-Terrassa-Girona-Manlleu.
Sus plantillas sumarán 4.000 empleados, con 940 oficinas. La presión de la Generalitat y el acceso a los fondos del Frob podrían acelerar la fusión, aunque Caixa Laietana insiste en reiterar que no necesita integrarse y que su vocación es la de permanecer independiente.