Los costes de las aerolíneas españolas se dispararán este año por el alza del gasto en queroseno, lo que dañará los resultados. Los expertos advierten del encarecimiento de los billetes.
La gran bestia negra de las líneas aíéreas, el petróleo, vuelve a hacer acto de presencia para poner en peligro la recuperación que experimenta el sector desde principios de 2010. El precio del barril de crudo Brent, el de referencia en Europa, superó el pasado lunes los cien dólares por barril, un 30% más que el ejercicio anterior.
Iata, la asociación del sector, alertó esta semana de que, a estos precios, está en peligro la rentabilidad de la industria. La patronal estimaba en diciembre que las aerolíneas se gastarían este año 156.000 millones de dólares (115.081 millones de euros) en llenar los tanques de sus aviones, un 12% más. Su previsión se basaba en un precio medio del barril de 84 dólares. Con cada dólar de más respecto a esta estimación, la factura crece en 1.600 millones de dólares.
Coste
“Todas las aerolíneas españolas estamos afectadas, lo que se va a notar en las cuentasâ€, reconocía recientemente un alto ejecutivo de una empresa del sector. Otro directivo va más allá y apunta que “cuando nos movemos entre 95 y 105 dólares, el problema se vuelve grave y empiezan a desaparecer aerolíneasâ€.
International Airlines Group (IAG), la sociedad hólding de Iberia y British Airways, se gastará este año un 23% más, hasta 4.832 millones de euros, en el queroseno de los aviones, según los cálculos de Citigroup.
Para Vueling, BPI apunta un alza del 18% en la factura, hasta 213 millones. Spanair reconoce que este ejercicio su coste de queroseno será un 10% superior al del pasado año.
Tanto IAG como Vueling prevíén registrar resultados positivos en 2011. Spanair lo tiene más complicado. A la aerolínea catalana, este repunte del queroseno le coge en una delicada situación financiera (acaba de recibir 20 millones de la Generalitat para financiar sus operaciones) y sin haber salido de píérdidas.
Para compensar este sobrecoste, los expertos subrayan que las aerolíneas españolas tratarán de subir las tarifas.
“Entre un 40% y un 50% del alza del combustible se puede trasladar a los billetes. Eso sí, esto es más complicado en un escenario como el actual, donde todas las aerolíneas están aumentando mucho su oferta. Existe una fuerte competencia para atraer a los clientesâ€, comenta Francisco Rodríguez, analista de Banco Sabadell.
British Airways anunció el viernes un nuevo recargo por el alza del crudo. Iberia, por ahora, no lo ha decidido. Si se decide a hacerlo, le seguirán el resto de aerolíneas españolas, al ser el líder del mercado.
Incontrolable
El combustible es el mayor coste que tiene que afrontar un línea aíérea (representa, de media, un 27% de los gastos totales) y, al mismo tiempo, es el más incontrolable y variable, señalan los expertos.
A diferencia de 2008, cuando el precio del Brent alcanzó su máximo histórico de 140 dólares para despuíés desplomarse de golpe por la recesión mundial, esta vez parece que el crudo caro ha llegado para quedarse. El precio del barril aumentó un 8% la semana pasada por la crisis política en Egipto, pero desde hace varios meses crece sin freno. Los analistas creen que hay una tendencia estructural al alza por la mayor demanda de países emergentes como China, pero tambiíén de economías desarrolladas, como la estadounidense, que se recuperan con fuerza.
Todas las aerolíneas tienen cerradas coberturas sobre parte de su consumo previsto de queroseno para evitar las fluctuaciones del mercado, pero, cuando los precios suben tanto y tan deprisa, este juego de ingeniería financiera se complica. “El impacto en las cuentas de resultados será más grande en el segundo semestre, porque las coberturas para los próximos meses se irán cerrando a precios más elevadosâ€, apunta Rodríguez.
Vueling tiene cubierto el 57% de su queroseno a 82 dólares por barril para este primer trimestre. Iberia tiene asegurado el 56% para todo el año y Spanair sitúa su cobertura entre el 40% y el 60%.
Las coberturas tienen su riesgo , ya que si, de repente, el precio del petróleo se hunde, como ocurrió a finales de 2008, las aerolíneas se encuentran que están pagando el queroseno más caro que el del mercado, lo que penaliza sus resultados