Por... Raúl A. Montenegro
En el año 2007 las comunidades de Chilecito y Famatina lograron que la empresa Barrick Gold desistiera de iniciar la exploración y explotación de oro en la zona del Famatina. Fue un no comunitario claro y contundente. Sin embargo el gobierno de La Rioja, acompañado por la Nación, decidió ignorar ese hecho histórico. El 31 de agosto de 2011 Energía y Minerales Sociedad del Estado, EMSE, firmó un contrato con la minera Osisko Mining Corporation. Reabrió así unilateralmente las puertas del Famatina. Cuarenta kilómetros cuadrados de ambientes montañosos, únicos y frágiles, quedaron abiertos a la prospección y explotación de metales. El botín, una reserva estimada de 8,97 millones de onzas de oro. Como parte del acuerdo el EMSE recibió de Osisko 500.000 dólares en efectivo. Este mismo organismo debía –como parte del contrato- lograr todos los permisos requeridos “a lo largo de la vida del proyectoâ€. El gobierno provincial se concedería a sí mismo tales autorizaciones cuando es parte interesada del proyecto. El conflicto de interíés no quitó el sueño a los funcionarios que firmaron el contrato.
Tampoco parecen haber analizado los conflictivos antecedentes de la empresa Osisko. Despuíés de confirmar reservas de oro importantes en el subsuelo de un área poblada en la localidad de Malartic al noroeste de Quíébec, en Canadá, Osisko decidió que lo mejor era relocalizar 200 viviendas y 5 instituciones públicas. Este proyecto minero, emblemático de la empresa, tiene previsto operar allí el mayor yacimiento a cielo abierto de Canadá. En una operación iníédita Osisko efectuó el traslado entre 2008 y 2009. Creó así un nuevo barrio para poder explotar sin obstáculos su nueva y urbana área de explotación. Todo indica, por otra parte, que el traslado comenzó antes de que finalizaran las consultas públicas iniciadas en el ámbito del Ministerio de Desarrollo Sustentable, Ambiente y Parques de Canadá.
Resulta interesante revisar cómo la empresa Osisko abordó el tema de la opinión pública sobre el traslado de las viviendas. Encargó una evaluación a la consultora Genivar, que distribuyó 158 cuestionarios entre los ocupantes de las viviendas a ser trasladadas y solo obtuvo, para hacer el análisis, 84 formularios completados. Lo sugestivo es que la lista de individuos a los cuales debían ser enviadas las encuestas fue proporcionada, tal cual lo reconoce la propia consultora, “por Osiskoâ€. No se consultó por otra parte al resto de los habitantes de Malartic, una ciudad que según el censo de 2006 tenía 3.640 habitantes. La minera con la cual hizo acuerdos el gobierno de La Rioja es la misma que trasladó entre la tercera y la cuarta parte de una población canadiense para poder explotar a cielo abierto el oro que había debajo de sus viviendas.
El otro hecho grave tiene que ver con el significado ambiental de un yacimiento a cielo abierto en la zona del Famatina. Ni el estudio de impacto ambiental ni los análisis del gobierno provincial consideraron que el proyecto destruiría en forma irreversible parte de una cuenca hídrica ubicada en ambiente semiárido ya expuesto a cambio climático global. Para el año 2030 se estima una reducción del 21% en la pluviosidad y del 53% para el 2070. Por otra parte mal pudo haberse hecho un buen estudio de impacto ambiental cuando se desconoce con precisión el funcionamiento de los ecosistemas involucrados y su biodiversidad. La zona del Famatina, donde destacan ambientes de las provincias biogeográficas Altoandina y del Monte, posee numerosos endemismos. Allí vive por ejemplo la rata chinchilla del Famatina (Abrocoma famatinae) que el Libro Rojo de la Unión Internacional de la Naturaleza (UICN) ni siquiera pudo incluir en alguna de sus categorías por falta de datos. Según distintas fuentes, en la provincia de La Rioja existen a nivel de plantas verdes 3 especies amenazadas y 8 raras y a nivel de macrofauna 4 especies en peligro, 7 vulnerables y 13 especies raras.
La actividad minera alentada por el gobierno de La Rioja y Osisko podría crear además una importante fuente de contaminación química, que se agregaría a la contaminación acuática de fondo, con valores ocasionalmente altos de manganeso, hierro, cadmio, zinc y cobre. Son predecibles además derrames ácidos rutinarios y accidentales, que solubilizan el transporte de sustancias de riesgo, en particular metales. Ante escenarios de menor disponibilidad hídrica y menores caudales, es predecible el aumento de los niveles cuali-cuantitativos de contaminación aguas debajo de las actividades mineras. Existe por lo tanto un efecto negativo potencial sobre la salud humana que no ha sido debidamente evaluado por el estudio de impacto ambiental.
En cuanto a la agricultura, la ganadería y el turismo que se desarrollan en la zona del Famatina y en sus cuencas bajas, no solo necesitan pulsos hídricos predecibles, sino tambiíén ausencia de actividades mineras que amenacen su funcionamiento, su calidad y la imagen nacional e internacional de los productos y servicios. Esto tampoco fue suficientemente considerado en el estudio de impacto ambiental.
Aún así y pese a los píésimos antecedentes de la empresa minera Osisko, el gobierno de La Rioja concedió las autorizaciones correspondientes. A la incapacidad tíécnica de evaluación sumó por lo tanto el desprecio por la opinión comunitaria. Alentó además la criminalización de la protesta social e incluso puso en práctica tareas de seguimiento y “listas negras†de ciudadanos que solo defendían sus derechos.
Mientras el Secretario de Ambiente de la Nación minimiza sin base tíécnica el impacto de la megaminería a cielo abierto, dando así un apoyo tácito al contrato del gobierno de La Rioja con Osisko, la empresa describe el proyecto en su página Web bajo el título “Famatina propertyâ€. La “propiedad Famatinaâ€. Solo la torpeza de algunos funcionarios y organismos públicos pudo prologar semejante torpeza corporativa. Pero los pobladores de Chilecito y Famatina, acompañados por la creciente movilización de ciudadanos y organizaciones de todo el país, no permitirán que se destruya esa fábrica de agua y de estabilidad ambiental. El Famatina no se toca.
- Prof. Dr. Raul A. Montenegro es Biólogo