Agbar ha logrado frenar la adjudicación de la concesión de la empresa pública Aigí¼es del Ter-Llobregat (ATLL) a Acciona. La Generalitat pensaba haber resuelto el concurso a finales de la pasada semana. Pero la presión de Agbar ha conseguido aplazar el proceso.
Por ahora, la jugada del presidente de Agbar, íngel Simón, ha sido que el conseller de Economía, Andreu Mas-Colell se pronuncie sobre la viabilidad de la oferta de Acciona, que ha hecho una oferta con tarifas mucho más bajas para el agua de boca que la que ha puesto sobre la mesa el consorcio que lidera Agbar.
Pero además, Agbar amenaza con paralizar el proceso recurriendo a los tribunales, lo que añadiría un factor de inseguridad jurídica que impediría a la Generalitat contabilizar esta privatización, algo que necesitan como agua de mayo las exhaustas finanzas de la administración catalana.
La jugada de la venta de la ATLL es clave para la Generalitat. Ingresará 300 millones de manera inmediata en caja. Además cobrará otros 700 millones en concepto de canon durante los 50 años que dura la concesión. Y, para rematar, le permite desconsolidar de su deuda pública 1.000 millones de euros que acumula la ATLL en su pasivo.
Por tanto la Generalitat, que lleva un año viviendo de adelantos de pagos del Estado por culpa de su caída de ingresos fiscales, no puede permitirse que la adjudicación se empantane en los tribunales.
Acciona mantiene su apuesta
Sin embargo, la familia Entrecanales mantiene su apuesta. íngel Simón ha logrado ganar tiempo pero todavía no ha ganado el concurso. Acciona ha hecho una oferta superior en precio y la Generalitat quiere otorgársela.
Según las plicas que se han abierto, Acciona ofrece una tarifa de 0,7088 euros, mucho más baja que los 0,79 euros que ha puesto Agbar sobre la mesa. La oferta económica pesa el 75%. En cambio, en los aspectos tíécnicos ha ganado Agbar, imponiíéndose con 20 puntos, mucho más que los 13 de Acciona. Los aspectos tíécnicos sólo valen el 25%, por lo que por ahora, Acciona despunta como favorita. Acciona, además, garantiza el empleo durante la vida de la concesión a la plantilla de la empresa adquirida.
Puntos díébiles
Acciona ha concurrido con el grupo brasileño BTG y las familias Godia y Rodíés. Y aquí está una de las debilidades que ha detectado Agbar, puesto que Fernando Rodíés, hijo de Leopoldo Rodíés. Fernando Rodíés es miembro del Consejo Asesor para el Desarrollo Sostenible (CADS). El CADS asesora al departamento de Territorio y Sostenibilidad, que encabeza Lluís Recoder, en cuestiones sobre el agua, los residuos y el cambio climático entre otros. Precisamente, Recoder es el principal defensor de la oferta de Acciona dentro de la Generalitat.
Otro punto díébil, a juicio del entorno cercano a Agbar es que la rentabilidad que deja a Acciona su oferta es el 4% anual, mientras que la de Agbar rondaría el 7%. Un 4% parece bajo para una inversión a 50 años.