Por Santiago Niño Becerra
No me lo puedo creer: los resultados de la comisión del Congreso USA en relación a lo que lleva tiempo sucediendo en el planeta y más tiempo va a llevar: la crisis. No me lo puedo creer, de entrada, por el razonamiento: ‘si no se hubieran hecho cosas malas no estaríamos mal’, perdonen, pero es pueril: y si España hubiese utilizado con criterio y con lógica la plata que esquilmó en América hubiese sido una superpotencia en el siglo XIX. De Perogrullo, vamos. Pero lo peor no es eso.
Resulta, dice la comisión del Congreso, que si hubiese existido una regulación dura y efectiva del sistema que hubiese hecho abortar prácticas meramente dudosas; si las agencias de calificación hubiesen valorado utilizando, únicamente, criterios de prudencia infinita; si los supervisores hubiesen sido censores implacables que hubieran castigado con rigor extremo actitudes meramente sospechosas; si las entidades financieras hubiesen actuado como conventos de Hermanitas de la Caridad de forma que hubieran velado por la morigeración y el sosiego; si todo eso hubiese sucedido, nada hubiese provocado una catástrofe, digo yo, ninguna precrisis se hubiese manifestado en el 2007 y en ninguna crisis estaría el planeta sumido a partir de mediados del 2010. ¿Y para llegar a estas conclusiones hacen falta tantos expertos y tantos esfuerzos?.
No entiendo cómo cuesta tanto de entender. Si alguien, sin gastarse una pasta alquilando un ingenio volador, quiere tener una buena vista de la ciudad de Barcelona ha de llegar a la cima del Tibidabo. Una vez allí, y tras estar contemplando una panorámica muy pictórica, tal vez se vea envuelto por la niebla: no es inusual la formación de nieblas en la cima de esa montaña. Si es Invierno la niebla le helará, y sea Invierno o Verano, si ha subido en automóvil la vuelta será muy complicada porque la carretera que llega hasta la cima se las trae. Decir lo que ha dicho el Congreso USA equivale a que alguien que está bajando del Tibidabo en un día de niebla maldiga la niebla y diga que si hubiese soplado el viento en otra dirección la niebla no se hubiese formado. ¡Claro: pero esa persona subió a la cima para tener una muy buena panorámica de Barcelona, de tal modo que si no hubiese estado en el Tibidabo no hubiera disfrutado de la panorámica.
Es decir, y como se decía antes: en cristiano: todas las prácticas realizadas por las entidades financieras y que ahora son calificadas como salvajadas salvajes; la regulación laxa, permisiva o inexistente que ponía el visto bueno a cualquier cosa; las indulgencias plenarias que los supervisores repartían a tutiplén; las valoraciones hollywoodenses con las que las agencias calificaban los papeles que unos y otros les ponían delante, todas esas cosas que ahora son aborrecidas y tachadas de abominables, fueron lo que hizo que ‘el mundo fuese bien’ durante el tiempo que fue bien.
Sin aquellos procederes, sin aquellas acciones etiquetadas hoy de aberrantes, el planeta (unos sitios del mismo más que otros) no hubiese crecido con la intensidad con que lo hicieron, es decir, ‘el mundo fue bien porque se hicieron las -ahora calificadas de- bestialidades financieras que se hicieron, lo que quiere decir que si no se hubiesen hecho no se hubiese crecido lo que se creció. Punto. ¿Cuántas veces hemos dicho esto y se sigue con esta cantinela?.
Ahora podemos lamentarnos, llorar amargamente, darnos cabezazos contra la pared, pero lo que ha sucedido, lo que está sucediendo, lo que va a continuar pasando es consecuencia de aquello que se hizo para crecer, y no, no hubiese podido hacerse otra cosa para crecer igual: el modelo ya estaba agotado, y, o se dejaba salir al genio de la botella, o el PIB no hubiera aumentado lo que aumentó; lo que sucede es que todo en la vida, absolutamente todo, tiene consecuencias, y el genio, una vez fuera de la botella, hizo las cosas que tenía que hacer para que creciésemos sin considerar los impactos de sus acciones … porque no era su función.
Si una noche Uds. se toman una botella de champagne estarán muy animadas/os, muchísimo, pero si no están acostumbradas/os a beber y/o el champagne no es de muy buena calidad, al día siguiente tendrán una resaca de campeonato. Sí, una resaca es una cosa muy molesta, pero es la consecuencia de que se lo pasaran tan bien la noche anterior: lo uno es indisociable de lo otro.
En cualquier caso la vida real es mucho peor: si tienen resaca y se toman un Bloody Mary bien preparado los efectos de la resaca se reducirán ostensiblemente, el problema es que no existe ningún Bloody Mary que palie los efectos de esta crisis.
¿El Congreso USA y su informe?, pues pienso que no.
(La PREGUNTA que no se hace ni se responde: ¿Cuánto puede llegar a costar al ‘pueblo español’ el saneamiento completo de las entidades financieras españolas?: ‘puede’: no quiere decir que tenga que ser, que vaya a ser; ‘completo’: total, no parcial.
Arresulta ser que España va a ser más papista que el Papa: a nivel internacional se va a exigir a las entidades financieras un ratio de capital superbueno del 7,5% en el 2019 y España va a alcanzar el 8,0% -quiere alcanzarlo- en el 2012, y en algunos casos, más. ¿Por qué?. ‘Nos lo exigen’, OK, ¿por qué?. ¿Es que las entidades financieras tienen cosas en sus balances que son más feas de lo que parece que son?.
Más. Quiero pensar que se ha realizado una proyección del riesgo posible a que pueden llegar las entidades financieras españolas. ¿A qué me refiero?, pues al Sr. X que está trabajando en la empresa Z y que tiene una deuda total equivalente a la suma de siete años de su remuneración anual y que pierde su trabajo porque su empresa cierra; el Sr. X lleva tres años pagando religiosamente las cuotas de su deuda, pero puede que su nueva situación le haga incurrir en problemas de pago. ¿Cuántos Sres. X pueden haber potencialmente en España? (Si se preguntan si eso se puede estimar, la respuesta es afirmativa: sí, se puede).
Pero es que la cosa va incluso más allá. Ese ratio de capital buenísimo ha de servir, en el fondo, fondo, para hacer frente a problemas sin que nadie discuta que sirve para eso, pero pensémoslo: es el 8,0%: ocho euros de cada cien. Y eso no incluye el pago de las deudas que las entidades financieras deben, y en esas deudas nunca se incluyen los depósitos que personas físicas y jurídicas tienen en esas entidades, y eso también son deudas.
Esto del ratio, aquí y allá, es como lo de las pólizas de seguro: ¡Ay si hay que utilizarlas!).
Foro de Bolsa, un saludo.