Me gustaría hablarles de la relación que tiene invertir en Bolsa con la ludopatía. A lo largo de todos estos años he conocido a muchísimas personas y he podido ver el efecto que en algunas llega a provocar. Existen dos tipos de ludopatía, la patológica y la encubierta. En el primer caso se trata de una patología que tiene la persona aunque no conozca la Bolsa y se manifiesta también en otros órdenes de la vida (bingos, casinos, juegos, etc). En el segundo caso no es una patología, sino la sensación de placer que incita a sobreoperar una y otra vez cada día.
Invertir en Bolsa se asocia a dos términos: dopamina y endorfinas. Les explico cada uno de manera breve y muy sencilla:
– Dopamina: es un neurotransmisor que regula algunas emociones, los sentimientos de placer, la motivación y las adicciones, entre otras. Está relacionada con la adrenalina de forma cercana. Se genera de forma natural y varía de unas personas a otras. A medida que aumenta la concentración de dopamina en el cerebro, también aumenta la capacidad mental de reconocimiento de patrones.
Para poder reconocer los patrones se siguen los siguientes procesos:
- adquisición de datos
- extracción de características
- toma de decisione
¿Les resulta familiar este proceso? Es el que hay qye llevar a cabo para operar en Bolsa. De ahí la relación entre Bolsa y dopamina.
Pero ojo, una persona con un desajuste podría creerse con poderes mágicos para reconocer patrones en secuencias de números cuando en realidad no los hay, sentirse capaz de predecir cosas.
Les comento un caso real. Un paciente con Parkinson al que inyectaron dopamina (L-dopa) se arruinó en el casino convirtiéndose en un jugador compulsivo. Perdió todo su dinero al creer que podía reconocer patrones en los números aleatorios de los juegos. Demandó a los médicos por 200.000 dólares culpándoles de haberle convertido en un ludópata con ese tratamiento.
– Endorfina: nuestro cuerpo produce de manera natural una hormona responsable de aumentar la alegría y de eliminar el dolor, produciendo sensación de bienestar y felicidad. Son capaces de inhibir las fibras nerviosas que transmiten el dolor, además de actuar a nivel cerebral produciendo sensaciones intensas como son la disminución de la ansiedad y la sensación de bienestar, además de la analgesia y sedación.
Tanto la dopamina como las endorfinas se activan escuchando música, practicando el sexo, realizando deporte, disfrutando de una comida suculenta, incluso cuando no dormimos una noche.
Un consejo personal que les doy es el siguiente: realizar una actividad física antes de operar y escuchar música mientras operan. Verán cómo están más relajados, con una autoestima elevada, una confianza y seguridad a prueba de balas y una concentración y poder de absorción de datos ejemplar.
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Fuente: http://www.ismaeldelacruz.es/