Por… Samuel Arango M.

Puede llegar desde los 30, o a los 40, o a los 50, o a los 60 o 70, o no llegar. Pero a casi todo el mundo le llega la edad aquella en la que:

Las escaleras las hacen más empinadas.

Todas las mujeres son más hermosas.

Las distancias son más largas.

Casi todo comienza a arrugarse, a agacharse, a aperezarse.

Repetir plato siempre hace daño y da agriera.

Los fríjoles dan gases y no se pueden comer por la noche.

Se da uno cuenta por primera vez que no puede por segunda vez.

Se da cuenta por segunda vez que no puede por primera vez.

Trotar es paro cardíaco.

Nadar se convierte en flotar.

Cantar da tos.

Beber produce cirrosis.

Un catarro es una bronquitis.

Un resfriado es una neumonía.

Una ventana abierta despierta la alergia.

Una tos es tisis.

Cualquier golpe es un hematoma severo.

Un chicharrón es visita segura al dentista.

Un dolor de cabeza es un derrame cerebral.

Un dolor en las piernas es gota.

Dolor en las manos es artritis.

Un olvido es alzhéimer.

Una tiritada es párkinson.

Un estornudo es tuberculosis.

El estreñimiento es cáncer de Colon.

Dolor de muelas es caja de dientes segura.

La sed es azúcar alta.

Un mareíto es hipoglisemia.

Un kilo de más es colesterol disparado.

Un kilo de menos es leucemia.

Levantarse a media noche es cáncer de próstata.

Sonarse fuerte es hemorragia asegurada.

Nublación en los ojos es cataratas.

Cera en los oídos es otitis.

Sueño es depresión aguda.

Insomnio es gastritis o reflujo.

Un pelo en el peine es calvicie.

Dolor en la nuca es osteoporosis.

Dolor en las caderas es fémur gastado.

Un daño de estómago exige suero.

Un frenón en amarillo le dan por detrás.

Se lee en el periódico con susto todos los avisos de muertos.

Se aprende las clínicas que tienen cuidados intensivos.

Memoriza los teléfonos de urgencias.

Pregunta cómo se hace un testamento.

Repite a toda hora que todo tiempo pasado fue mejor.

Se le caen vientos y salivas.

Maneja a menos de cuarenta.

Una ventiadita es gripa segura.

Ver televisión es dormirla.

Nunca encuentra el control remoto.

Se le olvida hasta cómo se llama la nieta.

Ir a cine es roncar en público.

Un trago emborracha.

En fin, que la edad aquella llega cuando le abramos la puerta y llega para quedarse.

Esta columna fue escrita a cuatro o más manos y prestó ideas de todas partes.

Suerte en sus vidas…