Por… Rafael Contreras
El fenómeno que hasta hace pocos años se pensaba existía sólo en grandes ciudades como Bogota, Ciudad de México, Buenos Aires, Quito, Lima o Sao Paulo, ha ido invadiendo con fuerza también a pequeñas localidades de la geografía latinoamericana.
Algunos expertos no vacilan en calificar la situación de una verdadera epidemia, sobre todo en las barriadas de ingresos bajos, tanto de Perú, Costa Rica, Guatemala y de otras áreas.
Resulta así paradójico que la tercera parte de los latinos, que según estadísticas oficiales viven por debajo del límite de pobreza, sean los candidatos potenciales a la narcodependencia.
La pasta base es técnicamente el sulfato de coca, una etapa intermedia entre la hoja para infusiones y el clorhidrato de cocaína. Resulta en estos momentos más barata que la marihuana, pero su toxicidad es muy inferior.
La droga está haciendo estragos en una población que oscila entre los 12 y 35 años de edad, de acuerdo con estimados de la Asociación Latinoamericana de Profesionales contra la Droga.
La veloz expansión del consumo se explica tanto por su precio aparentemente bajo, como por la rápida adición.
La psicóloga chilena Lilian Rojas Orellana, especialista en temas de narcomanía, aseguró a Prensa Latina en esta capital que en el caso de otros narcóticos se necesita de una ingestión habitual por cierto tiempo para caer en la dependencia.
“Con la pasta base, en cambio, con cuatro ocasiones te hundes en el fango de la drogadicción y el bajo costo es tan solo una ilusión”, afirma.
Explica que un “pito” de pasta base puede conseguirse por el equivalente a un par de dólares en los barrios bajos de Santiago de Chile, Bogota, Lima o Ciudad de México.
“Se me iban casi 15 o 20 dólares al día, dijo uno de ellos, según relatos de Rojas Orellana.
¿Cómo puede un trabajador de escasos recursos económicos o un estudiante procurarse los medios para calmar su adición si se tiene en cuenta que en Ecuador, por ejemplo, el salario mínimo es hoy de unos 130 dólares mensuales.
Suerte en sus inversiones y no caiga en la droga…