A 1 de marzo de 2008

El pasado lunes ocupamos, -Orpheo y un servidor-, casi toda la tarde hablando con el gestor de Banca Privada de Bankinter en nuestra ciudad. La conversación fue agradable y cada uno expuso sus opiniones sobre la situación de los mercados y el caso concreto de España.

Un servidor percibió esa tarde, que si el negocio montado alrededor de la Bolsa, las finanzas y la administración de patrimonios, se para, puede ocasionar graves daños, tanto laborales como económicos y especialmente de confianza.

La persona de Bankinter nos hablaba de la posibilidad de apostar por el dólar , ya que está en mínimos históricos – nosotros opinamos que aún no está todo visto – y por otras opciones de inversión. Reconoció que no era el momento del mercado inmobiliario del que llegó a decir que le quedan años de ajuste –opinión que compartimos- y que a sus clientes les aconsejan estar alejados de las Bolsas. Siendo su actual estrella en cuanto a recomendaciones, la Renta Fija, de la cual hablamos y conocimos alguna opción interesante al 6-7,25 %.

En un momento de la conversación llegó a decirnos que nadie sabe lo que va a pasar. Opinión con la que poco coincidimos. Ya que si bien es verdad que en estos momentos de incertidumbre y desconfianza, un servidor no sabe todo lo que va a suceder, sí sabe que las Bolsas están condenadas a visitar cotas más bajas y que hasta el año 2012-2013 no comenzaremos a vislumbrar la luz. Huelga apuntar que no todo serán bajadas. Los mercados tienen que interpretar un obligado papel hasta que finalice la obra, también llamada ciclo bursátil.

Independientemente de lo acertadas o no, que resulten nuestras opiniones, sí tenemos la certeza, que esta crisis, -como todas- es provocada y las manos poderosas saben su calado y duración.


Muchos analistas que aparecen en los medios de comunicación o en los foros, dicen cosas tan sorprendentes como que ellos no son adivinos y no saben lo que va a pasar, pero que el análisis técnico dice esto, lo otro y lo de más allá. Cada uno se agarra a lo que mejor conoce y desprecia otros métodos que tratan de anticiparse al mercado, siendo esto último la finalidad de todo tipo de análisis. Sea el de los llamados analistas técnicos, o de otros, u otras formas, de predicción. Es un habito cada día más aburrido leer como algunos se erigen en paladines de la predicción bursátil, no garantizando nada, ni siendo infalibles.

Es evidente que los grandes está haciendo bien su trabajo, ya que tienen al que más y al que menos en vilo. Nosotros no nos complicamos la vida, ni dudamos arriesgando nuestros ahorros ante este nudo gordiano. Lo cortamos con nuestra decidida espada y nos ponemos en liquidez, conscientes de que es la opción más sensata.

Fieles a nuestra filosofía de que vale más equivocarse fuera que dentro, hacemos toda la caja posible y nos disponemos a atravesar el mes marzo con la tranquilidad que otorga la liquidez. Ya volverán los tiempos de intrépidas y “locas” aventuras bursátiles. Los días de hacer increíbles equilibrios sobre el alambre del parqué. O los de apostar por lo que nadie apuesta. Hoy es tiempo de liquidez y de dormir tranquilos.

Algunas señales son inequívocas:

El pasado lunes -25 de Febrero- se conocieron los resultados del año 2007 de Vueling, y perdiendo 6 veces más que en el año 2006, la acción finalizó la sesión subiendo, aún a pesar de que se esperan pérdidas en este 2008 y en el 2009. Esta incongruencia de mercado, nos hace recordar a Terra, que perdiendo 500 millones de euros al año, llegó a valer en Bolsa más que Repsol que ganaba 1800 millones. Todos recordamos como finalizó.

El pasado miércoles, día 27 de Febrero, la estadounidense Fannie Mae declaró unas perdidas de 3550 millones de dólares, estuvo subiendo la acción durante la sesión un 15 % y finalizó con una subida de un 1,11 %. Si las acciones de una compañía que pierde tal barbaridad de dinero suben el mismo día que hace públicos esos resultados, un servidor tiene claro que no debe estar en Bolsa. Diga lo que diga Bernanke sobre los tipos de interés.

Estos casos en concreto, y la alegría especulativa que en ciertos días se concentra en algunas valores, nos hace deducir que a esto le queda mucha, pero que mucha bajada.

Las moda de que, cuanto más pierde una empresa más suben sus acciones, pasará más temprano que tarde.

Lógicamente, el que aún así gana dinero, debe seguir en Bolsa.

Saludos y suerte en las inversiones.