La tasa de morosidad no ha tocado techo y seguirá aumentando en 2011, según Fedea. Cuatro razones explican estas previsiones: el afloramiento de la morosidad oculta por las entidades financieras durante los procesos de fusión, el frenazo del sector inmobiliario, el paro de larga duración y una posible subida de tipos en el horizonte.

Los datos demuestran cómo históricamente la evolución de la morosidad y del paro han tenido una gran correlación. Es decir, que ambos indicadores siguen un comportamiento similar y durante los momentos de mayor desempleo también se ha registrado la mayor tasa de mora. Así ocurrió, por ejemplo, durante la crisis de los 90 en la que se ve claramente cómo coincide el pico de paro (24,5%) en el primer trimestre de 1994 con el de la morosidad (9,2%) en febrero de ese mismo ejercicio.

Sin embargo, en la recesión actual esta coincidencia no se ha producido. La morosidad en el último año que ha variado apenas siete décimas (5% al 5,7%). Pero más allá de la inercia de la serie, había aspectos fundamentales como la evolución del paro, el Euribor o las hipotecas que hacían prever a los expertos unos niveles de morosidad más altos. Así, por ejemplo, en Fedea los modelos estadísticos apuntaban en el mes de mayo una morosidad cercana al 7,5% para el mes de agosto. Sin embargo, ese escenario no se ha producido. ¿Qué ha ocurrido?

Se puede concluir que en 2010 han confluido varios fenómenos que han ralentizado la subida de la morosidad, pero la desaparición en 2011 de esos mismos factores y un fuerte paro de larga duración la impulsarán de nuevo. En Fedea prevén que ya en el primer trimestre la mora roce el 6%.

RAZONES POR LAS QUE CRECERÁ
1- Posible maquillaje contable en mitad de las fusiones
Durante 2010 el sector financiero y, principalmente, las cajas parece que han mostrado su mejor cara para no verse perjudicadas en el proceso de reestructuración. “Dentro de las entidades se ha hecho todo lo posible por contener la mora. Si esto ha sido importante desde el inicio de la crisis, lo ha sido más en el año de las fusiones. El objetivo era mostrar los mejores resultados para conseguir un asiento en los nuevos consejos”, explica Miguel García Posada, investigador de Fedea.

De hecho, este analista apunta un posible maquillaje en las cifras del pasado ejercicio. “La morosidad cae precisamente en los meses que cierran trimestre (marzo, junio y septiembre), momento que curiosamente coincide con la presentación de resultados de las entidades”, explica García Posada. Y el gráfico corrobora esta afirmación.

Sin embargo, en 2011 una vez perfilado el nuevo mapa financiero, podría comenzar a aflorar esa morosidad oculta focalizada, sobre todo, en el sector inmobiliario. De hecho, Banesto ya ha abierto la ronda de resultados y ha sorprendido al reconocer una mora entre los promotores del 24%. Un dato alarmante si se tiene en cuenta que los promotores ostentan aproximadamente la mitad de los 10.354 millones de euros en créditos concedidos por Banesto al sector inmobiliario.

2- Parón inmobiliario tras una miniburbuja
El horizonte de que a finales de 2010 se acababa la deducción por compra de vivienda habitual para las rentas superiores a 24.000 euros y la subida del IVA a partir del 1 de julio, han provocado que muchas personas adelantaran sus decisiones de compra para poder beneficiarse fiscalmente. Incluso, se ha llegado a apuntar que este contexto ha generado una miniburbuja en 2010.

La desaparición de estos condicionantes y la expectativa de que los precios sigan bajando ha ralentizado la actividad del sector en los últimos meses. De hecho, la compraventa de viviendas comenzó a caer en tasa interanual en septiembre (un 4,1%) después de ocho meses de subidas y se desplomó un 17,7% en octubre (último dato disponible). Como muestra de la importancia de esta caída, hay que resaltar que la compraventa de viviendas sólo han bajado de las 30.000 operaciones en dos ocasiones: en abril de 2009, cuando se registraron 29.178 transacciones, y en octubre de este año, con 27.198.

Este frenazo inmobiliario tendrá un impacto en la morosidad porque este sector es un gran foco de impago. Concretamente, el 52% de los créditos morosos que lastran las cuentas de las entidades están relacionados con la actividad inmobiliaria. En el tercer trimestre, los créditos vinculados al ladrillo marcaron un máximo histórico, con una mora del 11,7%, según el Banco de España. Sin ir más lejos, los promotores acumulan 37.707 millones de euros en créditos dudosos.

3- Desempleo de larga duración
Aunque hay más morosos en el ámbito empresarial (la tasa está por encima del 7%) que entre los hogares (alrededor de un 3%), las hipotecas (que ascienden a 675.838 millones) pueden empezar a dar algún que otro problema en este ejercicio. El motivo: en estos momentos casi la mitad de los parados (1,9 millones) son de larga duración, es decir, llevan más de un año en paro. Este dato es más alarmante porque de ese total, 834.400 españoles llevan más de dos años en paro. Estas personas se quedarán a partir de febrero sin ninguna prestación económica una vez que se retire la ayuda de los 420 euros.

En situaciones de este tipo, en España la familia suele actuar como apoyo ante posibles impagos, pero de todas formas no se debe descartar un posible impacto en la morosidad. Más aún cuando, como muestra el gráfico, normalmente, hay una estrecha relación entre desempleo y morosidad.

Si se echa un vistazo a la crisis de los 90 hay alguna razón para el optimismo. Entonces, a pesar de que el paro alcanzaba el 24,5% y los tipos de interés se situaban por encima del 13%, sólo el 4% de las hipotecas acabaron siendo morosas. Eso sí, el nivel de endeudamiento de los hogares es hoy muy superior (alcanzó los 902.057 millones millones de euros en noviembre).

4-Posible subida de tipos
El presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, cambió su discurso en su última intervención. Trichet alertó de que podría subir los tipos si la amenaza de la inflación persiste (en diciembre la inflación de la zona euro cerró en el 2,2%, por encima de los objetivos de la institución).

Si se produce una subida de tipos oficiales, tarde o temprano, se trasladará a los tipos de interés de los créditos concedidos por las entidades y, en consecuencia, acabará provocando aumentos en las cargas financieras de las empresas y familias españolas.

El Euribor acabó 2010 en 1,526%. En el último año, el índice registró un ascenso de 0,284 puntos con el consecuente encarecimiento de las hipotecas que se revisen en enero. Así, una hipoteca media de 150.000 euros, con un plazo de 25 años, contratada en diciembre de 2009, registraría una subida de 240 euros anuales. En este contexto, una posible subida de tipos pondrá su granito de arena en el crecimiento de la morosidad.

De cualquier forma, aunque la mora se eleve no parece probable que se alcance le máximo histórico registrado en febrero de 1994 cuando la tasa llegó al 9,2%. La razón: entonces la intervención de Banesto y los problemas de la entidad hicieron que la morosidad se disparara. De momento, en esta crisis, aunque se han intervenido algunas cajas, no se ha vivido una situación similar.