Por Santiago Niño Becerra
En una encuesta publicada el 08.01.2012 por El País: la mayoría de la población está de acuerdo con los recortes efectuados por el Gobierno pero rechaza la subida de impuestos. Cuando leo sobre estas encuestas me pregunto si las/los encuestadas/os entendieron la pregunta.
‘Recortes’ significa que en las partidas recortadas habrá menos fondos para gastar, y que alguien decidirá en qué se gastan esos menos fondos, es decir, para mantenimiento de carreteras, por ejemplo, habrá un X% menos, y puede que en las decisiones que se tomen tal carretera no se mantenga a lo largo del año en curso o se mantenga mucho menos que hasta ahora, ya saben, más baches, más pinchazos, … Si es una carretera por la que no transita el Sr. J, el Sr. J puede llegar a pensar que le importa poco el recorte de gasto en mantenimiento; trasladen eso mismo a sanidad, o a educación, o a pensiones; es decir, si se llega a pensar que los recortes ‘no me afectan’ puede creerse que incluso pueden estar bien.
Lo que es un error, claro. Puede que el Sr. J no transite por esa carretera no mantenida, pero tal vez un sobrino suyo sí, y tal vez si el socavón que estaba a la salida de aquella curva no hubiese estado su sobrino no hubiese tenido un accidente que le mantuvo seis meses sin poder trabajar y le obligó a comprarse un vehículo nuevo.
Pero ‘más impuestos’ es superdirecto: si aumenta la retención del IRPF o si se incrementa el IBI, indefectiblemente el Sr. X, cada mes se meterá menos dinero en el bolsillo y tal vez una vez al año (o dos) haya de sacar de su bolsillo más billetes a fin de pagar un mayor importe por el IBI de su vivienda (que puede que acabe de pagar en el 2037).
Es decir, en cuanto al gasto público la población tiende a pensar en términos colectivos -‘uso, no uso; me afecta, no me afecta’- pero en cuanto a ingresos públicos la ciudadanía piensa en términos individuales -‘Esos cabrones del Gobierno me hacen pagar más impuestos-. La gente puede justificar recortes mientras no le afecten directamente, pero prácticamente nunca justificará incrementos de exacciones fiscales porque siempre le afectan a él (a no ser que vayan dirigidas a subgrupos muy específicos: ‘¡Que se jodan y paguen esos putos ricos!’.
¿Qué pienso?, pues que lo que esto pone de manifiesto es miseria: la población, partiendo de la base de que en muchos casos ‘se abusa del gasto público’, piensa que recortarlo será bueno porque ‘se gastará menos’, lo que, piensa, se traducirá en una bajada de impuestos (sólo la clase media alta y la clase alta piensan eso así); porque, de una forma vaga, cree que se administrarán mejor los dineros públicos (aunque algunos de los que así piensan haga cuatro días que han abusado de una incapacidad laboral transitoria); y porque cuando las cosas empiezan a no ir lo bien que iban el retorno del exceso de gasto es automático. Sin embargo no sucede eso mismo con los ingresos porque cuando esas mismas cosas ya no van bien la renta media disponible cae, y eso afecta a la mayoría de esa misma población.
La gente piensa en términos de su bolsillo y, cuando lo necesita, en términos generales; lo que es lógico si no se es un experto, pero alguien debería explicar a esas personas encuestadas que si los recortes se producen es posible que se rechace la intervención de prótesis de rodilla de su hermana debido a que no van a haber fondos para financiarla debido a que los ingresos fiscales han disminuido ya que se ha producido una caída en la recaudación al caer la actividad económica; y que esos aumentos de impuestos no van al bolsillo de ningún ministro sino a compensar esa caída de recaudación a fin de poder pagar los intereses que una deuda pública que ha habido que refinanciar.
(Las previsiones completas del FMI, ya. Ahora coja el cuadro que leyeron aquí el pasado Lunes en el texto “Diferencias, crecimientos, previsiones, ensoñaciones y otras especies españolas” y corríjanlo con los nuevos datos de déficit. Sale algo pavoroso, ya. Y pienso que aún será peor. Desde el 2009, pero sobre todo desde Agosto del 2011, es como si estuviese tratando a la ciudadanía como enfermos muy, muy enfermos a los que no se les quiere decir la verdad, aunque tampoco la mentira: sólo la información precisa, cada vez peor, cada vez más negra, a fin de que esa ciudadanía vaya deduciendo por si misma lo más que está todo, lo peor hacia lo que va a ir y así acepte todo lo que venga.
En esta línea la reunión anual del World Economic Forum (http://ow.ly/8FsLq). Interesante el lema de este año: “The Great Transformation: Shaping New Models”: quédense con las dos últimas palabras y a la última quítenle la ‘s’: ya hemos llegado: se está buscando una operativa).
Foro de bolsa, un saludo.