Por… Paul Graham

Cuando la gente se preocupa lo suficiente sobre algo como para hacerlo bien, quienes lo hacen mejor tienden a ser mucho mejores que el resto de la gente. Hay un enorme hueco entre Leonardo y sus contemporáneos de segunda línea, como Borgognone. Vemos el mismo hueco entre Raymond Chandler y el escritor medio de novelas policiacas. Un jugador profesional de ajedrez de alto nivel podría jugar diez mil partidas contra un jugador normal de club sin perder ninguna.

Igual que el ajedrez o la pintura o la escritura de novelas, hacer dinero es una habilidad muy especializada. Pero, por alguna razón, tratamos de forma diferente esta habilidad. Nadie se queja cuando unos pocos superan a los demás jugando al ajedrez o escribiendo novelas, pero cuando unos pocos hacen más dinero que los demás, se escriben muchas columnas diciendo que está mal.

¿Por qué? El patrón de variedad no parece diferente del de cualquier otra habilidad. ¿Qué hace que la gente reaccione tan ferozmente cuando la habilidad es hacer dinero?

Pienso que hay tres razones por las que tratamos diferentemente el hacer dinero: el engañoso modelo de riqueza que aprendemos de niños, la mala reputación de cómo se han acumulado las fortunas hasta hace poco y la preocupación por que las grandes variaciones de ingresos sean de alguna forma malas para la sociedad. Hasta donde yo lo entiendo, la primera es errónea, la segunda está desactualizada y la tercera es empíricamente falsa. ¿Podría ser que, en una democracia moderna, la variación en los ingresos sea realmente una señal de salud?

Suerte en sus inversiones…