Por… Beatriz De Majo C.
La ocasión no pudo ser mejor para que el gobierno chino le extendiera un cheque en blanco a la Europa de los 27, inmersa como se encuentra ésta en un proceso de rescate de sus economías. El voto de confianza lo hizo evidente la semana pasada el Premier Wen Jiabao, sentado, en visita de Estado, frente a la canciller alemana, Angela Merkel.

La sagacidad de Wen se puso de manifiesto. Sus significativos gestos de solidaridad europea los hizo de cara a quien pocos días antes había conseguido en suelo chino, la firma de un paquete de contratos de enorme envergadura para la Siemens, la Daimler, la Volskwagen y la BASF. Razones le sobraban a la Merkel para sentirse feliz y obsequiosa frente al líder chino.

El entusiasta espaldarazo del jefe del gobierno chino tuvo lugar, además, a pocos días de la compra por parte del país asiático de varios cientos de millones de dólares de bonos españoles.

Wen aseguró en Alemania a la prensa que China confía en la recuperación de Europa y, de hecho, los inversionistas de ese país, después de dos meses de ausencia, volvieron a depositar su confianza en la Eurozona.

Wen se extendió en el uso de conceptos como la solidaridad intrarregional y su disposición a presentar una mano de ayuda a los europeos.

Pero estemos claros: la razón de tal posicionamiento está lejos de ser filantrópica ni deriva, tampoco, de la aplicación de una nueva diplomacia de buen vecino. Recordemos que apenas en el mes de mayo, los chinos se llevaban las manos a la cabeza cuando el euro tocó su punto más bajo en cuatro años -14% de caída frente al yuan- incrementando significativa e inmisericordemente los costos de adquirir productos de confección china para los consumidores del Viejo Continente.

De entonces a esta parte, Europa puso en marcha su plan de recuperación y China reajustó su moneda pero el temor persiste en las plantas manufactureras chinas de que el lento y tambaleante despegue económico de algunos países en Europa, su más importante socio comercial, pueda afectar de manera determinante el volumen de sus compras a Asia.

Pero en todo caso, el repunte del euro que siguió a la visita oficial del mandatario chino, es claro que tiene que ver con el sólido espaldarazo que le ha dado a la moneda comunitaria la nación del mundo que cuenta con las más abultadas reservas que superan los 2,400 billones de dólares. La paridad de la divisa europea superó 1,30 con relación al dólar en pocas horas después de las declaraciones de Wen que aseguraban que China siempre defendería el principio de colocaciones diversificadas de capital y que, dentro de ese contexto, Europa siempre será uno de los mercados a los que el gran dragón apostará.

¿Qué se llevó el chino a casa después de tan fenomenal ejercicio de diplomacia económica constructiva? No solo el sentimiento de que Europa también tendría siempre en China un socio preferido. La cancillería alemana le aseguró que en septiembre la Unión Europea se abocará al estudio del tema del reconocimiento a China de su condición de economía de mercado, un respaldo que ese país persigue prioritariamente y como objetivo vital desde su ingreso al GATT.

Suerte en sus inversiones…