¿Por quíé está subiendo la bolsa?
Cinco claves de la euforia en el parquíé
LUIS A. TORRALBA. AYER El Ibex 35 alcanza máximos que no se veían desde octubre de hace dos ante el renovado interíés de unos inversores que han recuperado la confianza en la renta variable
VALENCIA. El Ibex 35 ha alcanzado en estos días máximos que no visitaba desde octubre de 2011 tras superar la barrera de los 9.200 puntos, mientras su rentabilidad anual ha vuelto a presentar los dos dígitos y convertirse así en uno de los índices más rentables entre los principales del planeta.
Pero, ¿cómo explicar tal circunstancia si se trata del principal indicador bursátil de un país donde la corrupción está a la orden del día y la tasa de paro es de las más altas del mundo? O dicho de otra forma, ¿cuáles son los factores que están impulsando al selectivo en medio de un descontento social con la Corona y el Gobierno en el punto de mira.
Cinco son los catalizadores del despegue bursátil del barómetro de la renta variable española, según los analistas consultados por este diario. Cinco argumentos que justifican la euforia que se vive en el parquíé domíéstico aunque conviene tener en cuenta que dentro de íéste cotizan más de una centena de compañías. Y casi la cuarta parte presenta píérdidas a lo largo del presente ejercicio incluyendo a media docena de cotizadas integradas dentro del Ibex 35.
Los estímulos monetarios por parte de los principales bancos centrales, la reducción del riesgo asociado a España, la mejora del sentimiento inversor, la falta de activos financieros con tipos de interíés atractivos y acciones con precios baratos son los pilares sobre los que ha cimentado el Ibex 35 sus máximos de los últimos dos años.
Un póker de ases que le ha ganado la partida a los escándalos sociopolíticos y a unos datos de paro calamitosos por la capacidad de anticipación de la bolsa -empíricamente demostrada, tanto para bien como para mal-, puesto que la mejora de la economía española será palpable en los próximos meses.
No hay que olvidar que en bolsa cotizan expectativas y esas expectativas, a la vista del comportamiento del mercado, son francamente positivas más allá de los escándalos a los que los inversores se han venido acostumbrando.
ESTíMULOS MONETARIOS
"Haríé todo lo posible para salvar el euro y, críéanme, será suficiente". Esas fueron las históricas palabras que pronunció el 24 de julio del pasado año Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE).
Un autíéntico bálsamo precedido por los estímulos monetarios que ha venido llevando a cabo, es decir, reduciendo el precio oficial del dinero hasta el mínimo histórico del 0,5% e inyectando cantidades ingentes de dinero en sus famosas LTRO, es decir, las subastas de liquidez a tres años. Mucho dinero en la mano que ha ido a parar en buena parte a las bolsas de valores.
Las LTRO vendrían a ser los no menos celebíérrimos Quantitative Easing (QE) estadounidenses, los programas de recompra selectiva de bonos puestos en marcha por la Reserva Federal norteamericana, que no solo han evitado males mayores en la economía mundial sino que la han impulsado y, de paso, relanzando las principales bolsas del planeta incluyendo la española ante la llegada de dinero en busca de mayores rentabilidades.
CAíDA DEL RIESGO
Hace catorce meses la prima de riesgo española marcaba máximos históricos alcanzando los 649 puntos básicos, con la rentabilidad del bono domíéstico a diez años -el que se utiliza para calcular el conocido tambiíén como 'riesgo país'- superando el 7% y con los tambores de intervención total resonando con fuerza. Sin embargo, las balsámicas palabras de Draghi -y sus hechos o estímulos monetarios- no sólo desinflaron el diferencial español sino tambiíén el del resto de países europeos perifíéricos, que hasta ese momento sembraban de pesimismo los mercados.
Al cierre de ayer viernes, la prima de riesgo domíéstica se situaba en los 258 puntos básicos, con la rentabilidad del bono a diez años en el 4,37%.
Pero, además, el Tesoro Público se ha aprovechado de tan espectacular mejoría para colocar semanalmente grandes cantidades de deuda (Letras, Bonos y Obligaciones) reduciendo sus tipos de interíés.
De hecho, la rentabilidad media hasta el pasado 31 de agosto era del 2,61% frente al 3,01% de finales de 2012; mientras el Tesoro ya ha captado más del 80% de todo lo previsto para este año. O lo que es lo mismo: más de 100.000 millones de euros.
MEJORA DEL SENTIMIENTO
Precisamente el caso del Tesoro Público es un buen ejemplo de la mejora del sentimiento inversor hacia España, muy especialmente desde el exterior.
Confianza que bien se puede extrapolar a la bolsa, dado que cada vez son más los grandes inversores institucionales -principalmente fondos de inversión y aseguradoras foráneas- que están entrando en la bolsa española, tal y como se viene reflejando en los hechos relevantes que se vienen publicando en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Ahí está el caso del gigante BlackRock, cuyas inversiones se extienden ya por más de media docena de cotizadas españolas.
Otro buen ejemplo sería el reciente informe publicado hace unos días por los analistas de Morgan Stanley bajo el llamativo -y sonoro- titular de 'Viva España' donde mostraban una postura "rotundamente" alcista respecto a España en comparación con Italia. Tales expertos explicaban sus preferencias por la mejora de las perspectivas macroeconómicas para España, que el banco espera que crezca un 1% de media entre 2014 y 2015, así como por los progresos en la agenda de reformas del Gobierno y las atractivas valoraciones en el mercado.
AUSENCIA DE INVERSIONES ATRACTIVAS
Con los tipos de interíés al 0,5%, el de las Letras del Tesoro al 1,36%, sin 'superdepósitos' que llevarse a la boca y con la rentabilidad media de las fondos de inversión poco más allá del 4% se entiende que los inversores se decanten por la bolsa a la hora de canalizar sus ahorros. Además, históricamente se ha demostrado que la inversión en bolsa a largo plazo suele ser (casi) siempre rentable... salvo alguna que otra excepción de empresas quebradas. Aunque no hay que olvidar el viejo axioma que dice aquello de que 'rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras".
Actualmente no hay inversiones atractivas rentables equiparables a buena parte de los valores que nutren al Ibex 35, por lo que el trasvase de dinero de posiciones más defensivas como la deuda viene siendo una constante de un tiempo a esta parte.
PRECIOS ATRACTIVOS
La relación precio/beneficio (PER) es uno de los ratios más tenidos en cuenta a la hora de invertir por una buena parte de los bolsistas. Muy especialmente de los más duchos en la materia.
Actualmente no son pocos los valores españoles que presentan unos PER poco elevados, pese a la escalada alcista de los últimos meses. La mejora de las expectativas empresariales obra a favor de las cotizadas.
OHL, Mapfre y ACS, por citar tres ejemplos del Ibex 335, exhiben unos ratios inferiores a las 10 veces los beneficios estimados en los próximos meses.
Pero todavía hay un ratio más allá del PER, tambiíén muy seguido por los bolsistas, que es la rentabilidad por dividendo. Hasta una docena de valores del índice selectivo presentan actualmente una rentabilidad por dividendo superior al 5% donde destaca, por encima de todos, el Banco Santander (+10%). Bolsas y Mercados Españoles (BME), CaixaBank e Iberdrola, con rentabilidades del 7%, figuran a continuación.
Precisamente la entidad presidida por Emilio Botín y la elíéctrica liderada por Josíé Ignacio Goirigolzarri están entre las seis cotizadas europeas más atractivas por rentabilidad por dividendo dentro del Euro Stoxx50. Pero no se confíe y recuerda aquello de que 'rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras'.