Este año 2008 que termina será recordado como uno de los peores para los mercados financieros. El 2008 además ha venido marcado por la crisis de Lehman de septiembre, que ha marcado un “antes” y un “después”. Es verdad que antes del verano se barajaba la posibilidad de recesión en USA, y, a lo mejor, en Europa, pero lo que se ha producido después de la quiebra, y todas las medidas tomadas, tanto económicas como financieras, nos indican que la crisis es muy grave, y que nos encontramos ante la peor situación económica mundial desde la de 1929.
Del año 2009 que ahora empieza no debemos esperar nada bueno para los mercados financieros y en particular durante el primer semestre del año. Los datos económicos actuales y los que se esperan en todo el mundo son y serán negativos, y vamos a seguir viendo muchos problemas en el mundo empresarial, donde no se puede descartar quiebras de empresas de las “gordas”. Pese a que bajo cualquier criterio de valoración los mercados de renta variable ofrecen precios atractivos.
Desde foxinver seguimos diciendo lo mismo, hay que preservar le capital, es fundamental, ya habrá tiempo de invertirlo tras la crisis, si aun así desea invertir, mucha prudencia a la hora de tomar decisiones. Para el mes de enero, nuestras si aun encuentra un depósito atractivo en rentabilidad/tiempo, contrátelo, si ya es tarde para eso, sobreponderar los bonos públicos, sobre todo los de vencimiento a más corto plazo (por si acaso).
Pese a este escenario tan negativo de crecimiento, personalmente no creo que se repita la situación de 1929 o de Japón en los años noventa. ¿Por qué? Porque hemos aprendido (o eso creo), porque la FED ha reaccionado muy rápidamente, Europa no tan rápido pero mucho más que Japón en su día. Si algo hemos aprendido de las crisis anteriores es que sin ayuda del sector público es imposible evitar la depresión y la posterior deflación en un escenario de fuerte desapalancamiento financiero. Y es que es la pescadilla que se muerde la cola, a medida que se producen las quiebras empresariales, sube el desempleo y se reduce la demanda de consumo y con ello llega la recesión. A medida que cae el consumo los productores compiten por esta menor demanda bajando los precios, y esto genera tensiones deflacionistas, pues los consumidores aplazan sus decisiones de gasto a la espera de que los precios sigan cayendo.
Para evitar este círculo vicioso ha de aparecer el sector público con una actuación a tres niveles:
- Hacerse cargo temporalmente de las deudas del sector privado para evitar un mayor número de quiebras empresariales.
- Apoyar al desempleado para evitar una mayor caída del consumo.
- Tomar medidas monetarias y fiscales de impulso de la demanda doméstica.
Esto resume todas las medidas tomadas a nivel mundial hasta la fecha. Además, dichas medidas se han tomado muy rápidamente, otra de las grandes lecciones del pasado.