Por… Juan José Hoyos
Es un récord histórico. Es también una cifra aterradora, de las tantas que contiene el informe sobre el estado de la seguridad alimentaria y nutricional publicado esta semana por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO. Hoy, más de mil millones de personas -la sexta parte de la humanidad- están sufriendo de hambre.
El informe revela paradojas que provocan rabia y estupor. La primera: la humanidad nunca había producido tanta comida como este año. La segunda: sin embargo, nunca antes ha habido en el mundo tantas personas con hambre. La tercera: el hambre se podría erradicar con el 3% del dinero depositado en los bancos. “Tenemos los medios técnicos y económicos para hacer desaparecer el hambre, lo que falta es una voluntad política más fuerte para erradicarla para siempre”, dijo el Director General de la FAO, Jacques Diouf, en la presentación del documento en Roma.
La FAO reveló que esta plaga moderna se extiende en silencio por el mundo y está matando a centenares de miles de personas. La mayoría de ellas vive en países en desarrollo. En Asia y el Pacífico se calcula que hay unos 642 millones de personas que sufren hambre crónica; en el sur de África, 265 millones; 53 millones en Latinoamérica y el Caribe; 42 millones en el norte de África y Oriente medio y 15 millones en los países desarrollados. Lejos de disminuir, el número de personas con hambre está aumentando a un ritmo de cuatro millones al año.
Este incremento no es resultado de malas cosechas, sino que se debe al alto precio de los alimentos, a los ingresos más bajos de la gente, a la disminución de remesas enviadas a sus países por los trabajadores inmigrantes y a la pérdida de empleos. De acuerdo con la ONU, en los últimos cinco años, el aumento de un 50% en los precios de los alimentos ha obligado a que al menos 2.000 millones de personas que viven bajo el umbral de la pobreza se vean obligadas a destinar entre el 70 y el 80% de sus recursos a la alimentación. Los niños son el grupo más afectado: hay 55 millones en situación de desnutrición aguda. La FAO advirtió que ellos necesitan ayuda urgente porque su esperanza de vida es muy pequeña. “También en Latinoamérica, debemos recordar que el hambre tiene la cara de un niño indígena”, dijo el director de la FAO para América Latina y el Caribe José Graziano Da Silva.
El caso de nuestros países es uno de los más preocupantes. Aunque en ellos la producción de alimentos es más que suficiente, la gente no tiene con qué comprarlos. “Nuestros cálculos apuntan a que hay un 30% de excedente alimentario en la región. Los alimentos no faltan. El problema es el acceso”, dijo Da Silva, al dar a conocer el documento de la ONU en Santiago de Chile. Según el funcionario, en los últimos tres años se ha reducido aún más el acceso a los alimentos por parte de millones de personas y se han desvanecido los avances logrados durante más de una década en la lucha contra el hambre. “Ese es el talón de Aquiles de nuestra región, que es una exportadora neta de alimentos para todo el mundo”.
De los 52 millones de desnutridos que existían en América Latina en 1997, se pasó a 45 millones en 2006. Pero el número subió a 53 millones en 2009. “Todo lo que se había avanzado se perdió”, dijo Da Silva. Entre nosotros el hambre también tiene una distribución desigual. La República Dominicana y Haití son los países donde hay más pobres con hambre. El caso más alarmante es el de Guatemala, donde la peor sequía de los últimos 30 años obligó al gobierno a declarar el estado de emergencia. En algunas zonas del país se perdieron el 90% de las cosechas y el hambre amenaza a más de dos millones de personas.
En Colombia, según el ICBF, el hambre también hace de las suyas y se ha ensañado de modo cruel con los niños: doce, de cada cien, la padecen día a día. Ocho de cada cien han perdido el peso normal para su edad. ¡Y cinco mil niños mueren de hambre cada año! Lejos de disminuir, el número de personas con hambre está aumentando a un ritmo de cuatro millones al año.
Suerte en sus inversiones y que usted no pase hambre…