Hasta hace poco se creía que el coeficiente intelectual (IQ) determinaba el éxito de una persona. Muchos autores han descubierto que el IQ no aporta mas que el 20 por ciento para alcanzar el éxito, el otro porcentaje está en manos de lo que se ha llamado la “inteligencia emocional”.

La inteligencia emocional es un conjunto de características que tienen que ver con la motivación, el control sobre uno mismo, el optimismo, el manejo de situaciones de crisis, entre otros. Según unas encuestas éstas son las claves del éxito laboral basadas en la inteligencia emocional:

 

Confianza La credibilidad inamovible en uno mismo. Aporta seguridad emocional e intelectual, basada en un entendimiento realista de las circunstancias propias. Es la comprensión de nuestros defectos y virtudes y la aprehensión de nuestras capacidades. La confianza en uno mismo es clave para alcanzar el éxito porque exuda energía positiva.


 

CuriosidadLa característica esencial de la superación. Donde existe curiosidad hay un deseo por aprender más, por expandir los conocimientos y capacidades mostrando interés en todo aunque parezca obvio e intrascendente. El no estar satisfecho con los conocimientos y talentos es básico para el desarrollo personal


 

Determinación

Es siempre tener un fin en mente, una meta que hay que perseguir con constancia y disciplina, con fuerza de voluntad y la creencia de estar tomando el camino correcto, aunque no tengas toda la información necesaria para dar un paso, la determinación brinda seguridad en la elección.

Tener una meta y seguirla con determinación es el primer paso para cualquier empresa que se persiga.

 

Empatía y respeto

La empatía nos enseña a comprender al otro, entender sus sentimientos y causas, reconocer las diferencias y semejanzas que es la base de las relaciones laborales.

El respeto es cuidar de la autoestima del otro, tratar al resto de manera considerada y cortés. Que no se no olvide que trabajamos con seres humanos y el bienestar del otro siempre será el propio.

 

Flexibilidad

Adaptabilidad. Poder acoplarse efectivamente a los cambios de “ambiente” o todo aquello que afecte el entorno exterior. Nuestra capacidad de movernos con el ambiente nos permitirá no ser rígidos y que nuestro éxito no dependa de lo que se mueva alrededor, sino de nuestro propio trabajo.

La adaptabilidad es una característica muy recurrente en estas épocas de cambios constantes donde todo parece girar a una velocidad estrepitosa

 

HumorNo tomarse las cosas tan en serio significa poder fluir con las circunstancias aunque éstas parezcan muy negativas. El humor brinda un ambiente de confianza que los demás perciben como amistoso y relajado. El estrés de la cotidianeidad podría entorpecer nuestras capacidades si no aprendemos a ver el mundo con alegría.


 

InteligenciaY que no se confunda con el IQ. La inteligencia es la capacidad para trabajar coherente y astutamente, ser preciso, planificar y enfocarse en la calidad antes que en la cantidad. La inteligencia se medirá también al afrontar las crisis y administrar los recursos de manera efectiva.


 

Optimismo

Es la postura ideal antes de los resultados. Ver las cosas con optimismo significa esperar el mejor resultado posible y plantarse en los aspectos más esperanzadores o positivos de una situación. La actitud es fundamental para lograr un objetivo, y el optimismo nos ayudará a enfocarnos en resultados exitosos.

 

Perseverancia

Es tener pasión, energía, concentración y el deseo de obtener resultados; aunque la empresa que persigamos sea pequeña, la perseverancia siempre alienta y en la totalidad de los casos es la clave para llegar a la meta. Motivación, persistencia y trabajo

 

Conciencia personalVer hacia el interior es una de las acciones más olvidadas. Estamos tan centrados en el exterior y en observar a los otros que es muy fácil olvidar el propio espíritu.


La conciencia personal orilla al automonitoreo, a una regulación de nuestro propio ser que detecta nuestros posibles errores y modifica procesos de pensamiento y conductas con miras a una superación constante y un aliciente al éxito.

 

Estas claves están más desarrolladas en cada persona dependiendo de muchos factores como la educación o el entorno en que nos desenvolvamos; pero la buena noticia es que pueden desarrollarse y fortalecerse a lo largo de la vida.

El primer paso es enfocarse en nuestra conciencia personal, conocer qué nos está faltando y trabajarlo. Hay que recordar que el éxito no es un hecho fortuito, sino que parte del esfuerzo, el trabajo y nuestra actitud ante la vida. Cualquier persona puede ser exitosa. Está a nuestro alcance y depende de nosotros mismos llegar a serlo o no.

Suerte en su vida y en sus inversiones…