Por  Moisés Romero

La Bolsa española ha exhibido durante varios tramos de este año una sordera contumaz acerca de los grandes desequilibrios que afectan al entramado económico nacional, como si el deterioro del empleo y de los principales renglones económicos no fueran con ella. No es la primera vez que esto sucede. Algunos dicen que esta falta de sensibilidad a los principios económicos nacionales está fundamentado en el propio perfil del mercado, con los valores líderes muy posicionados en los mercados internacionales, con lo que el deterioro de la economía doméstica es suplido por la mejora de las economías internacionales. Se trata, no obstante, de una verdad a medias. La historia demuestra que, al final, se impone el sesgo nacional. Ahora, una de las mayores preocupaciones es la pérdida de ingresos del Estado, que conduce a tasas muy altas, excesivamente elevada de déficit público. Un mal compañero de viaje para los mercados. Además, las expectativas pintan muy mal. Por ejemplo, el Tesoro Público emitirá deuda en 2009 por valor superior a 100.000 millones de euros, con lo que la ratio de deuda pública sobre el Producto Interior Bruto (PIB) rozará este año el 50%, frente al 39,5% de 2008. En 2010 la situación empeora al preverse unas emisiones brutas de unos 211.500 millones de euros.

Dentro de este año, las emisiones previstas inicialmente para cubrir las mayores necesidades de financiación de la economía derivadas de las medidas para afrontar la crisis apuntaban a una emisión de 86.500 millones de euros. Sin embargo, el último cuadro macroeconómico elevó del 4,7% al 8,1% del PIB, 3,4 puntos porcentuales más, la previsión de déficit del Estado en 2009, elevando también las necesidades de financiación.

El incremento de las emisiones equivale a cerca de 20.000 millones de euros, unos dos puntos porcentuales del PIB, con lo que la deuda pública, prevista en un principio del 47,3%, se incrementará hasta el 49,3%. Con todo, este porcentaje se mantiene dentro de los límites permitidos por el Pacto de Estabilidad, que sitúa el límite en el 60%. Así, desde el Tesoro se considera que la ratio de deuda pública se encuentra también “muy lejos” del ratio de la media europea del 67,4% prevista por la Comisión Europea en 2009. El saldo vivo de la deuda en circulación se elevará a unos 467.000 millones de euros.

Las mayores necesidades de financiación derivan de los planes de apoyo del Gobierno a la economía, como el Fondo de Adquisición de Activos Financieros (FAAF) y el Plan de Estímulo para la Economía y el Empleo, entre otros, que no están recogidos en los Presupuestos Generales del Estado (PGE).

Para 2010 las previsiones empeoran. El Tesoro Público realizará en 2010 unas emisiones brutas de alrededor de 211.500 millones de euros para refinanciar los vencimientos de deuda en el año y para cubrir las nuevas necesidades financieras, según consta en el proyecto de ley de los Presupuestos Generales del Estado. El Estado espera amortizar deuda en 2010 por 135.000 millones de euros y dependerá de las emisiones realizadas en los últimos meses de 2010. De esta forma, las emisiones netas quedarán en 76.177 millones, lo que coincide con las necesidades financieras efectivas del Tesoro Público.

A la vez, la agencia de calificación Standard & Poor’s (S&P) considera que un “riesgo material” de que algunas CC.AA. presenten déficit significativos en los próximos años, a pesar del aumento de recursos que proporciona el nuevo sistema de financiación autonómico, salvo que sean capaces de contener “eficaz y vigorosamente” el gasto público. S&P asegura tener “incertidumbres” en cuanto a la determinación de las CC.AA. a la hora de aplicar planes de contención del gasto decididos y efectivos. “Más aún, el Gobierno central ha dado luz verde para incurrir en déficit sustanciales a pesar de los ingresos adicionales que procura la reforma”, recuerda.

Según la agencia de calificación, el nuevo sistema de financiación autonómica beneficiará a todas las regiones, ya que transfiere más recursos desde el Gobierno central que compensarán de forma gradual y “generosamente” la caída “a plomo” de los ingresos tributarios autonómicos.

A su parecer, el esfuerzo del Gobierno central confirma el “fuerte respaldo” financiero que caracteriza el sistema de haciendas regionales españolas, y constituye un factor positivo para su perfil crediticio. En este sentido, recuerda que el nuevo sistema pretendía inicialmente resolver fallos del anterior, pero que en estos momentos la reforma se dirige fundamentalmente a cubrir la actual pérdida de ingresos de las CC.AA.

“Supone una bocanada de aire para las comunidades de más débil ejecución presupuestaria”, afirma S&P, aunque asegura que se continuarán viendo presiones presupuestarias a largo plazo. En concreto, la agencia espera que los ingresos de las CC.AA. adolezcan de un débil crecimiento durante un periodo de tiempo extenso. Por otro lado, aseguró que el nuevo modelo de financiación autonómica no desencadenará nuevas acciones de ‘rating’, a pesar de que el Gobierno no ha clarificado por completo todos los detalles de la reforma ni las ganancias netas para cada región, porque S&P y ha incorporado la expectativa de las ganancias que supone el sistema para las comunidades autónomas.

El FMI también realiza una advertencia, en este caso general, sobre los déficit públicos a nivel mundial: la Crisis ha supuesto un dramático cambio en las finanzas públicas a niveles mundial; cuando es posible que la recuperación reduzca los déficit, la elevada deuda va a requerir de medidas que impidan que se cuestione la solvencia; en caso contrario, veremos spread y tipos de interés altos y un riesgo adicional para la economía. Al final, el remedio para la enfermedad puede ser otra enfermedad. Pero, partiendo de que nadie puede tener realmente claro que el apalancamiento de sector público es el remedio para solventar el apalancamiento del sector privado.

¿Y fuera? El déficit federal de EEUU alcanza la cifra récord de 1270 billones de dólares.

El déficit fiscal de EEUU llega a 180.680 millones en julio.

El déficit comercial de EEUU aumenta.

El déficit de la balanza de pagos francesa aumentó en 600 millones.

Y así………