Sesión sin apenas movimientos tanto en Europa como en lo que llevamos de jornada de Wall Street, con los inversores centrados ante la ausencia de referencias relevantes, en las declaraciones que el presidente de la FED, Ben Bernanke, emitirá después de la decisión de la Reserva Federal, sobre los tipos de interés.

La jornada comenzó con los ecos de la moción de confianza que se le impuso al primer ministro griego, George Papandreou, y cuyo voto favorable, animó a las bolsas asiáticas, que cerraron en positivo por segundo día consecutivo.

La apertura en Europa fue ligeramente bajista, aunque con un bajo volumen de contratación. Los diferenciales de deuda mantenían también un comportamiento plano, así como el mercado de divisas y el de materias primas, con la excepción del Trigo y el Maíz, que presentaban fuertes caídas.

En cuanto a los focos de incertidumbre de todos estos días: La crisis griega, y la ralentización económica en EE.UU., asistíamos a noticias que nos indicaban que tanto el sector bancario francés, como el alemán, estaban ya en conversaciones para instrumentar su participación en el próximo plan de rescate griego.

Parece que las presiones de Alemania han surgido efecto, y finalmente, veremos algún tipo de aplazamiento en el vencimiento de la deuda griega, cuyos tenedores principales entre los países no afectados por la crisis son,  el sector bancario del Reino Unido, el de Francia, y el Alemania.

Esto es lo que se denomina actualmente como “reestructuración suave”, que a juicio de muchos analistas, entre los que nos encontramos, es simplemente un paso previo a una reestructuración completa, en la que habrá una quita en el montante de la deuda griega cercana al 50%.

Respecto a los miedos a una ralentización más fuerte de lo esperado (algunos hablan de la vuelta a la recesión en EE.UU.), y la incertidumbre si las autoridades estadounidenses, implementarán una nueva medida de flexibilización cuantitativa (QE3), como defiende Bill Gross, publicábamos esta mañana la opinión de Phillipe Gijsels, jefe de investigación de BNP Paribas Fortis:

“Ha sido nuestra opinión durante un tiempo que la mayor fuente de incertidumbre y de nerviosismo no es Grecia ni la desaceleración económica, es el final de las medidas cuantitativas”.

En este sentido nos parece interesante traer a este Cierre de Mercado, el contexto macroeconómico de EE.UU. que realiza Banif, uno de los equipos de analistas fundamentales más cualificados de este país, su opinión sobre la posibilidad o no de una QE3:

“El inicio del segundo trimestre se ha caracterizado por una tónica generalizada de moderación en las cifras de actividad -sobre todo focalizada en el sector industrial-, si bien con muchos matices que apuntan a que podría tener un carácter meramente transitorio. Poniendo encima de la mesa los indicadores de confianza empresarial que se han publicado en mayo, parece inevitable que el ISM de manufacturas se aleje con cierta claridad de la cota de los 60 puntos a muy corto plazo, aunque la percepción de riesgo de double dip asociada a este movimiento sería sensiblemente inferior a la que se extendió por el mercado hace justo un año por estas fechas. Dos diferencias importantes al respecto:

(i) el “efecto Japón”, que debería revertir a corto plazo e impulsar la actividad de forma global, y                                                                                 (ii) los fundamentos del proceso de recuperación, que se encuentran en una fase más madura.

Es más, de cara al 2T11, estamos previendo un crecimiento del PIB por encima del 3% anualizado, superior al 1,8% del trimestre precedente, por el mejor tono del gasto público, la inversión en estructuras o las exportaciones netas.

Con 244.000 puestos de trabajo netos creados en abril, la recuperación del mercado laboral continúa consolidándose, liderada por el sector privado. Desde el inicio de año se han generado 768.000 empleos, ritmo similar al alcanzado en el período 2004-2007. Adicionalmente, la tasa de paro repuntó hasta el 9,0% (dos décimas), debido al incremento de la población activa.

Por todo lo anterior, nos parecen insuficientes las señales de moderación recientes para que la Reserva Federal pudiera plantearse a corto plazo el lanzamiento de un tercer programa de compra de activos (QE3). Hasta el momento, pensamos que el banco central estadounidense ha sabido gestionar de forma correcta sus herramientas de política monetaria. En primer lugar, apurando el margen de la política monetaria convencional (bajando los tipos de interés nominales a mínimos), y en segundo, generando inflación a través de la vía más heterodoxa, creando así un marco propicio para el crecimiento al situar los tipos reales en mínimos de hace más de 30 años. Pero el consumidor no es precisamente inmune a esta política reflacionista, y la Fed no parece dispuesta a generar más presión por este lado de tal forma que siga erosionándose poder adquisitivo. Por ello, a fecha de hoy parece improbable que presenciemos una tercera ronda de “generosidad” por parte de la autoridad monetaria norteamericana.

En efecto, en las actas de su última reunión, el banco central dejó claro que empieza a plantearse las distintas estrategias de salida, pero no comenzará a reducir el tamaño de su balance hasta realizar la primera subida de tipos de interés, que esperamos para el primer trimestre de 2012″.

Para finalizar el Cierre de Mercado, destacar las palabras de Art Cashin, director de operaciones de UBS, en la que detalla lo que espera del discurso del presidente Ben Bernanke, de esta tarde.

“Cuando el comunicado de la FED se emita, vamos a tener dos horas analizando todas y cada una de las frases, y ver si usa la perifrástica pasiva en un lugar, en vez de otra forma verbal. Después esperaremos a la comparecencia de Bernanke y le preguntaremos que significa todo eso”.

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