Fíjense ustedes, tenemos unas tasas de paro que multiplican por lo menos por dos las europeas, nuestro PIB se hunde como si fuera el Titanic, el déficit público, está a punto de abandonar la atmósfera, el diálogo social, está totalmente bloqueado, nos amenazan con subidas de impuestos. Tenemos al frente de la nación, un Gobierno, creo yo, sin recursos reales para cambiar de modelo productivo, que es lo que debería proponer,  y en algunas autonomías, Ejecutivos que sólo hablan de paz y de normalización democrática, que está estupendamente bien. ¿Pero qué hacemos los ciudadanos, que no sabemos muy bien si es mejor vacunarse contra la precariedad o contra la gripe A, ciudadanos que el próximo lunes descubriremos una nueva manera  de pasar los lunes al sol, no precisamente de vacaciones o tumbados en alguna playa paradisíaca, sino de pie en la cola inmensa de la oficina del INEM y aconsejando al funcionario de turno que debería tomarse unos All-Bran.

Además las circunstancias no nos ayudan en demasía, el Barcelona arrasa, el Madrid ilusiona, la selección de baloncesto campeona de Europa, con esos fondos de fotografía, la crisis es como si sonara con sordina, hasta puede sonar a himno triunfal con un poco de imaginación, se acuerdan del “España va bien”.

En el ojo del huracán de la crisis que padecemos, los grandes clubs de fútbol se han metido en una vorágine de fichajes, los estadios se llenan, se forman grandes colas para comprar camisetas, el fútbol, “opio del pueblo” parece que levanta más pasiones que nunca. ¿No les parece a ustedes que los verdaderos líderes de este país, los que representan a la perfección los papeles de Gobierno y oposición son el imperial Florentino y el independentista Laporta? De este modo, con esta historia, estos protagonistas, este escenario, es muchísimo más fácil ignorar lo más sangrante. ¿Qué es lo que han hecho los bancos con las inyecciones de dinero público? ¿Cómo se lo montan ese millón largo de familias en las que ningún miembro trabaja? ¿Qué va a suceder con los millones de parados una vez que se les acabe el subsidio?.

Y es que me hierven los adentros cuando escucho a políticos hablar de resolver la crisis en cenas de a 100 euros el cubierto, o escuchar de alguien que gana 20.000 euros al mes, mi mujer necesita todo un año, que tenemos que apretarnos el cinturón, quizá es que no nos hemos enterado de que la austeridad que tanto se predica y nada se practica, está en esos detalles.

Vivimos en un país en el que las ministras parecen estrellas de cine, los altos cargos, lucen bronceados de jugadores de golf, y es en épocas de crisis cuando deberíamos fijarnos en estos detalles.

¿Dónde está la austeridad pública?. Últimamente estoy oyendo hablar mucho de la nueva Ley de Economía Sostenible, pero todavía no he oído a ningún político comentar que se deberían suprimir una serie de ministerios y consejerías banales, o que habría que ajustar los gastos de representación y demás al verdadero status.

¿No han pensado ustedes que entre los políticos hay quien confunde la crisis con un síndrome postvacacional?

En fin, en el salón royal del Titanic, momentos antes de hundirse, la orquesta tocaba valses nobles como si no fuera a suceder nada.


Salud y suerte en las inversiones, las vamos a necesitar