Por Santiago Niño Becerra.
1 – El objetivo ahora (se dice), es frenar la especulación: la especulación es mala; ¿cómo hacerlo?: prohibiendo, interviniendo, regulando, lo que, además servirá para sanear las economías especuladas. Pero la cosa, pienso, es bastante más complicada que eso
Se quiere anatemizar algo que está en la esencia del sistema: el capitalismo es especulativo, y los especuladores defienden sus intereses, la rentabilidad esperada, la prometida, incluso; ¿se quiere acabar con eso?. Vale, pero eliminar la especulación va a tener consecuencias: van a desaparecer incentivos de beneficios, fuentes de rendimientos, la búsqueda del margen se ralentizará. ‘¡Que bien!’, dice el del fondo, si, pero eso significa pasar a otro modo de hacer en el que, por ejemplo, se tendrá que pasar con menos. Lo dicho: consecuencias.
2 – Las crisis se producen porque la confianza se derrumba, y eso sucede porque se espera que sucedan cosas malas ya que en ese momento se dispone de una información que no se tenía, el ejemplo, claro, es Grecia. Hasta que no se ha sabido (ha salido a la luz / se ha admitido) la información verdadera, la situación de su deuda no era mala: si existen ‘cosas’ de otras economías que no se conocen la situación no es mala, por lo que nada hay que arreglar: para poder arreglar algo ha de salir la verdad a la luz, ha de hacerse evidente, manifestarse la porquería; en consecuencia, para evitar el pánico, el hundimiento incontrolado, hoy, pienso, sólo queda un camino: la intervención.
Pero, ¿se sabe de lo que se dice?, ¿se conoce lo que se quiere saber?, ¿se es consciente de lo que conviene decir?, ¿se es capaz de admitir las consecuencias de lo que se pretende ignorar?.
3 – ‘España no es Grecia’ … porque, de momento, conviene creer / que se crea que no lo es, a la que abandone la presidencia europea el próximo 30 de Junio …
La deuda pública de España es baja: menos del 60% del PIB, pero la deuda total es desmesurada: equivale al 400% del PIB, y la composición de los activos de sus entidades financieras, y el desempleo, y la dependencia del crédito. No, ‘España no es Grecia’, pero …
4 – Tal y como están diseñadas las ayudas del FMI (Hungría, …), de la UEM (Grecia, de momento): a) ¿son útiles?, ¿sirven para rescatar o sólo son un parche para tapar unos agujeros?. ¿No sería más útil una intervención directa?, pero hecha por técnicos, no por políticos.
5 – De cara a ‘los mercados’ (cualquier cosa que esto sea) es mucho peor un déficit elevado que un elevado nivel de deuda pública: un déficit elevado implica imposibilidad de atender, de hacer, supone ingresos mucho menores que los gastos, lleva a parálisis. La existencia de deuda, aunque sea elevada, es renegociable, refinanciable, atendible … si el déficit es reducido, pero, ¿qué sucede si la deuda total es muy, muy, pero que muy alta?.
6 – En realidad, un ataque especulativo lo es contra la supervivencia de la economía del país / empresa / institución contra la que se produce: ‘no creo que vayas a sobrevivir porque no creo que puedas sobrevivir, luego voy a llevarme lo que pueda ahora y a asegurar lo que pueda del desguace de mañana’. ¿Por qué no hay ataques especulativos contra las economías / entidades sanas y saludables?, pues porque no hay nada que asegurar y no van a haber despojos en el futuro.
Las únicas vías para evitar la especulación son: 1) prohibirla e intervenir previamente para que no hayan cadáveres, 2) poner en marcha una política económica eutanásica para eliminar esa economía enferma antes de que empiece a agonizar, 3) una combinación de ambas.
7 – Regulación, regulación, regulación (Imprescindible: entrevista a José Viñals, Director de Asuntos Monetarios y Mercados del FMI: El País 25.04.2010, Pág. 28). ¿Será lento, rápido?. En el fondo las ciudadanías lo que quieren es volver a lo de antes, a tener 3.000 euritos en la tarjeta, a ir al restaurante y preguntar: ‘Además de lo de la carta, ¿qué tiene?’; y nadie está diciendo a esas ciudadanías que eso ya no volverá: fue, pero ya no será porque esa vía está agotada: ya no sirve, ya no es útil.
8 – Cuando en España se dice:‘Es necesaria una reforma del mercado de trabajo’ se argumenta, dígalo quien lo diga, que es para favorecer la creación de empleo, pero el trabajo es demandado por quienes lo necesitan y cuando lo necesitan, no porque lo diga una ley, luego, una verdadera ‘reforma laboral orientada a la creación de empleo’ debería incidir en hacer necesario ese factor trabajo para quienes puedan demandarlo (‘puedan demandarlo’ = ‘estar en disposición de necesitarlo’), lo que equivaldría a circular por una economía planificada
No, pienso que la reforma laboral de la que se habla está orientada a reducir el coste laboral total, a decrementar los precios de sus diversos componentes. Yendo por ese camino es posible que las empresas reduzcan sus costes, pero no incrementarán su demanda de trabajo porque no va a aumentar el consumo de sus fabricados ya que no van a hacerlo ni la renta de la población ni el acceso al crédito de esa población. Más aún, lo que es posible es que algunas empresas apliquen un teórico aumento de los beneficios que pudieran experimentar a partir de esa reducción de costes a aumentar la productividad vía bienes de capital y absorción de factor trabajo, lo que llevaría a un incremento del desempleo. ¿Es factible que algo así suceda?, no creo: recuerden: el tipo de PIB que España genera. Otra alternativa no la veo: recuerden también: España nunca podrá competir en costes del factor trabajo con Marruecos.
Entonces, ¿para qué, ‘tan sólo’, decrementar el coste laboral?, pienso que, de entrada, ‘para hacer algo’, para que no se diga que no se hace nada; también para que algunas compañías y algunas actividades aumenten su margen neto; y para que el factor trabajo acepte lo que le propongan sin protestas ni altercados; y, ¡como no!, para que algunas empresas sobrevivan. Vale, OK; pero crear empleo, lo que se dice crear empleo, poco.
(Al margen de esto pero teniéndolo muy presente. Dicen que en el reino es necesaria una reforma del mercado laboral porque el que tenemos no funciona. Es muy curioso que quienes ahora eso dicen nada dijeran cuando, en el 2007, este mismo mercado de trabajo contra el que ahora denuestan situó la tasa (‘oficial’) de desempleo del reino en el 7,95% lo que algunas voces aprovecharon para susurrar que España se encontraba próxima al pleno empleo. ¿Cómo es posible que la misma estructura del mercado de trabajo fuese maravillosa hace menos de tres años y ahora sea una cochambre repugnante?. ¿No será que el verdadero, el auténtico problema, es otro?, ¿qué?, pues un modelo productivo que es incapaz de ocupar factor trabajo a no ser que se fabriquen cosas que deban utilizar … mucho factor trabajo. ¿Kafkiano?, algo de eso hay?).
9 – Aquí, allá y en todas partes se está procediendo a realizar el cuestionamiento del objetivo de alcanzar una baja inflación: el famoso 2% de la UEM, es decir, que a ese ¿deseable? aumento de precios se le debería dejar llegar a un nivel relativamente alto. Olivier Blanchard, economista jefe del FMI encabeza el argumento: si el nivel de precios fuese más elevado (hubiese sido), cuando fuese necesario reducir los tipos de interés habría más margen para reducirlos, por lo que los precios tendrían un mayor recorrido evitándose el riesgo de inflación.
Pienso que eso no es así porque ello equivale a olvidar el motivo por el que los precios han ido cayendo a lo largo de estos meses: porque el consumo ha ido hundiéndose a medida que se iba agotando la capacidad de endeudamiento de la población y a medida que el paro ha ido creciendo; a eso hay que añadir los esfuerzos realizados por las compañías para ganar competitividad debido al creciente exceso de capacidad productiva que se ha ido produciendo.
Más: pienso que la política monetaria tal y como la entendemos ya ha dejado de tener sentido. Los precios tienden a la baja debido a que, sigo pensando, la tendencia es hacia la fabricación de lo necesario utilizando los instrumentos que sean más productivos; eso lleva el consumo a unos niveles menores o mucho menores que los actuales, pero a una mayor eficiencia y a un menor despilfarro, lo que posibilitará precios reducidos en un entorno totalmente productivo.
¿El papel de la política monetaria?: muy reducido: servir de portador a la economía real, de alguna manera, volver al papel que antes desempeñó, aunque de forma coordinada en grandes áreas del planeta. Nada que ver con lo que hemos tenido, vaya.
Claro que querer más inflación tiene una consecuencia ‘positiva’: crea, a corto plazo, un efecto euforia, y tal y como están las cosas, ¡bienvenidos sean los parches!, ¿no?. Hay otra cuestión en relación a una situación deflacionaria: pone de manifiesto lo que no es necesario. En la Gran Depresión había expectativas de que ese desastre se resolvería si el Estado, hasta entonces al margen de la economía, participaba activamente en ella, pero mañana, cuando los precios se estén reduciendo debido a que la productividad esté aumentando, no habrá expectativas que valgan. Se consumirá lo que sea necesario independientemente de quienes consuman, luego la capacidad productiva se ajustará al consumo (de todo) en un entorno de precios ‘bajos’ y en un escenario de exceso de factores productivos. Y al contrario que en los años 30 no hay que combatir eso, sino adaptarse a un momento nuevo, por ello estamos ante un cambio sistémico.
En lo que nos ocupa: tenemos que acostumbrarnos a vivir con precios bajos y a la utilización conveniente de factores productivos; un escenario de ‘desempleo’ en comparación con la situación actual, y eso es algo nuevo, totalmente nuevo.
10 – ¡Ah!: ya ven que siempre se busca un culpable:la culpa de todo la tiene Grecia, una economía que representa el 2,5% del PIB de la UE va a ser la villana de la trama. Lo mejor: ¿se imaginan que fuese verdad?: una economía que representa el 2,5% del PIB de un monstruo como la UE ha liado la que ha liado; entonces, ¿cuales eran las bases sobre las que se sustentaba todo el tinglado?.
11 – Interesante: le entrevista que El País Negocios del 09.05.2010 publicó en su Pág. 16 al Señor Constantino Méndez, Secretario de Estado de Defensa. En relación a una serie de programas que el ejército español tiene en marcha, el Señor Secretario se la plantea una pregunta:
– ¿Y es compatible ese gasto con la reducción del déficit?.
A la que el Sr. Méndez responde:
– Si, porque el grueso de las entregas se producirá en los años 2014 a 2016, una vez concluido el plan de ajuste.
Es decir, algunos -¿muchos, bastantes?- que en España deciden sobre gastos creen que en los años 2014 a 2016 España volverá a ir bien. Curioso teniendo en cuenta que ya se está admitiendo que ‘a España le quedan muchos años de ajuste’. ¿Informaciones cruzadas?.
12 – ¿Se han dado cuenta de que empiezan a ser legión quienes dicen que tal política, tal institución, tal paquete de medidas, tal estructura, aún vigentes, eran -son- insostenibles?. Coincido en la mayoría de tales análisis pero me pregunto algo, ¿por qué esas mismas personas no decían hace 3 ó 4 años lo que ahora dicen?, es decir, ¿por qué no decían hace tiempo nada en relación a la insostenibilidad de tal o cual cosa cuando ya entonces era obviamente obvio que su sostenibilidad se sustentaba -sólo- en la conveniencia de creer que tales situaciones eran sostenibles?.
13 – Pienso que no se ha entendido la llamada ley antiinmigración aprobada recientemente en el Estado de Arizona. Pienso que aunque de su texto pueda desprenderse un sentimiento racista, una tendencia xenófoba y hasta un cierto aroma imperialista, lo verdaderamente importante es que plantea -mal- algo que ya está en la calle, que es un problema y que puede convertirse en un posible frente de disturbios: población no-nativa que hasta ayer fue necesaria y que ya no lo es, y que cada vez va a serlo menos (no, no es un error: ese es el orden correcto).
Cada vez va a hacer falta menos factor trabajo, una menor población activa, lo que se traducirá en una más reducida población ocupada a tiempo completo y a tiempo completo equivalente. Pienso que cerrar los ojos ante este hecho es absurdo, pero abordarlo tiene consecuencias que se prefieren evitar. La evolución de esta situación es el muro de Padua o la ley antiinmigración de Arizona.
Si difícil es afrontar los problemas de frente y cuando toca, imagínense lo que será abordar el tema de la población inmigrante no-necesaria cuando se halle ‘convenientemente’ degradado. Y en España podemos llegar a saber mucho de esto.
14 – Hasta hace tres años -en algunos temas, hasta hace dos- en casi todas partes (desarrolladas o-tal-que-así), se vivía en el mejor de los mundos posibles, ¿qué ha sucedido?.
Según el FMI, la deuda pública media de las economías desarrolladas pasará del 63% en el 2008 el 100% en el 2014, ¿la causa?, ya saben: ayudas, rescates, estímulos; el problema es que cuando la bestia de la deuda se pone en marcha es prácticamente imposible detenerla, en todas partes, incluida USA (USA, ya saben: el dólar). Se prevé que USA pueda finalizar el 2010 con una deuda pública del 95% de su PIB, pero lo peor es que en el 2030 esa deuda puede llegar a representar el 130%, por lo que los intereses en el 2020 se comerían el 14% del gasto. Suena a país subdesarrollado intervenido por el FMI, ¿verdad?, pues no, estamos hablando de USA.
Es decir, ya se está hablando públicamente de dificultades hasta el 2020 y hasta el 2030, lo que suena a cosa … insostenible. Lo que decíamos antes: nos alejamos de algo insostenible y se adoptan soluciones que nos llevan a más insostenibilidad: ¿encuentran posible que USA dedique el 14% de su gasto a pagar los intereses de su deuda?. Claro, eso sería si todo continuase como ahora está y si se siguiesen haciendo las cosas como ahora se hacen, lo que tampoco resulta lógico, ¿no?.
15 – En el reino se pide un ‘gesto’: que se graven las rentas altas. Mmmmmmmmm. ‘Rentas altas’, ¿cuanto es eso?, ¿30.000 euros año?, ¿65.000?, ¿340.000?. Me preguntaron recientemente mi opinión sobre la posibilidad de regular las SICAV; fui muy claro: si esa regulación no se lleva a cabo a nivel internacional, nada de nada: les meterán un palo aquí y se irán allá. En consecuencia, y sin llegar a esos niveles, ¿qué creen Uds. que acabará considerándose una ‘renta alta’?. 30.000, ¡caliente, caliente!.