Por El Economista
“Otra historia de película con la crisis”. El banco estadounidense ha sufrido el robo de unos códigos para invertir que le podrían costar millones de dólares y que, según el fiscal, suponen un riesgo para los mercados de Estados Unidos.
El pasado 3 de julio, Sergey Alynikov, ex programador de Goldman Sachs, fue detenido en el aeropuerto de Newark, en New Jersey, acusado de robar este software para operar en los mercados. Al día siguiente, Teza Technologies le despidió, dos días después de haber sido contratado.
Un riesgo para los mercados
En el juicio, celebrado el 4 de julio en Manhattan, el asistente del fiscal Joseph Facciponti declaró que la sustracción de esta información suponía un riesgo para los mercados de EEUU. Aleinikov transfirió el código robado, valorado en millones de dólares, a un servidor en Alemania y otros podrían haber accedido a él, según Facciponti, explicando que Goldman podría resultar dañado si se extendía el software.
“El banco ha dicho que hay posibilidades de que alguien que conozca cómo usarlo podría utilizarlo para manipular el mercado de forma injusta”, declaró Facciponti. Lo cual implica que Goldman tiene el software necesario para hacerlo…
Alegaciones absurdas
La acusación añadió que “una vez que está ahí fuera, cualquiera podría ser capaz de usarlo, y su cuota de mercado se vería afectada”. El código robado permite a la firma realizar “operaciones sofisticadas, a alta velocidad y con gran volumen, en diferentes mercados de renta variable y de materias primas”, según la documentación de la acusación. Estas operaciones generan “muchos millones de dólares cada año”.
La abogada de la defensa, Sabrina Shroff, manifestó en la vista que las alegaciones del Gobierno estadounidense eran “absurdas”. Goldman ya sabía que Aleynikov estaba descargándose programas a su ordenador personal para trabajar en casa y mantiene que no ha diseminado el código, según la letrada.
“Si Goldman no es capaz de proteger este tipo de información, que el Gobierno quiere convencernos de que vale lo mismo que el mercado entero de Estados Unidos, uno tiene que pensar cómo piensan arreglar cualquier otra brecha”, afirmó. Goldman no ha querido hacer declaraciones al respecto.
El juez federal Mark Fox declaró prisión para Aleynikov con una fianza de 750.000 dólares, después de que fuera declarado como un peligro para la comunidad. Aleykikov, que ganaba 400.000 dólares al año, planeaba triplicar sus beneficios uniéndose a una start-up e involucrándose en el negocio de trading automatizado, según la acusación.
Aleynikov pagó su fianza ayer y fue puesto en libertad. Durante el proceso, lo único que declaró fue que entendía las condiciones de su fianza. Sin embargo, cuando fue interrogado por el FBI explicó a los agentes federales que el no había hecho nada malo y que no sabía que el servidor que usaba estaba en Alemania.
Por su parte, la tecnológica que le había contratado, Teza, manifestó en un comunicado que fue informada de la acusación el pasado 5 de julio, tras lo que procedió a despedir a Aleynikov. La firma añade que “desconocía” las actividades que llevaba a cabo su empleado y se ofreció a colaborar con las autoridades gubernamentales.
Ganar dinero “a expensas” de Goldman
“Si alguien roba ese código quere decir que está robando la forma en que Goldman gana dinero en los mercados”, explica Larry Tabb, fundador de la firma financiera TABB Group. Cuanto más sofisticados son los mercados, las cantidades que gastan en desarrollo de software para operar en ellos son “más significativas”, añade.
Por eso, si alguien puede usar su código “para implementar las mismas estrategias que la entidad utiliza y ser, en determinados mercados, más rápido, podrá, de hecho, llevarse el dinero que normalmente sería para Goldman”, afirmó Tabb.
Además, el inversor considera que “analizando el código”, se puede averiguar cuáles serán los próximos pasos de Goldman en los mercados, de forma que podrían “hacer dinero básicamente a expensas” del banco.
Para Harvey Pitt, ex presidente de la SEC, el regulador bursátil estadounidense, esto es un toque de atención para que las instituciones financieras revisen sus sistemas de seguridad”.