Así lo explicaron los analistas de la agencia de calificación financiera, que también desvincularon el incremento de la presión de los mercados sobre Portugal de su decisión de rebajar de nuevo la nota del país luso en un escalón, hasta dejarlo al borde de la consideración de “bono basura”.
En conferencia telefónica con los periodistas, los analistas señalaron que no mantienen dudas de la solvencia del país, pese a que el recorte de hoy es el segundo en sólo cinco días.
La presión sobre Portugal volvió a intensificarse hoy, una jornada más, en el mercado secundario, donde sus obligaciones a diez años rozaron el 8% de interés y sus títulos a cinco años rondaron ya una rentabilidad del 9%.
Desde Standard & Poor”s justificaron su decisión de bajar la calificación de la deuda soberana de Portugal de “BBB” a “BBB-” por la incertidumbre política en la que vive el país desde la dimisión del primer ministro, el socialista José Sócrates, entre otros motivos.
En su opinión, esta crisis de Gobierno -que puede derivar en la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas- pone en riesgo la reducción del déficit público planteada por el Ejecutivo luso, y que pretendía rebajarlo del 7,3% actual al 4,6% en 2011, el 3% en 2012 y el 2% en 2013.
El Gobierno presentó el pasado 11 de marzo un nuevo plan de austeridad para garantizar el cumplimiento de estos objetivos, proyecto que, sin embargo, fue rechazado en el Parlamento con el voto en contra de todos los partidos de la oposición, tanto de izquierda como de derecha.
Pese a que el principal grupo de la oposición, el Partido Social Demócrata (PSD, de orientación conservadora), haya explicitado que en caso de llegar al Gobierno mantendría estos compromisos, los analistas de Standard & Poor”s mostraron su preocupación por el calendario y el grado de implementación de estas medidas.
Los analistas resaltaron, además, la reticencia de la opinión pública a estos ajustes.
También señalaron que es “muy probable” que Portugal acabe por tener que recurrir a la ayuda de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), y que su economía caerá en 2011 un 2%, previsiones más pesimistas que las hechas públicas hoy por el Banco de Portugal, y que estiman este descenso en un 1,4%.