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Como supongo que recordaran, la legislatura comenzó su andadura sumida en el despiste y termina sumida en el desistimiento. Nuestros gobernantes, ni la oposición, ni la gran mayoría de gurús económicos que salían a docenas en las épocas de bonanza, captaron la profundidad de la crisis. Debo añadir que nuestro Gobierno no tuvo un criterio firme, decidido y sustentado para atacarla. Luego, cuando ya no había remedio, nuestro Gobierno se ha limitado a bailar al son que tocaba la orquesta europea. Con titubeos, con retraso y con una gran incomodidad ya que todas las actuaciones emprendidas incomodaban a Zapatero y eso se nota. Quizá demasiado. Zapatero no ha dispuesto de un ideario claro, pero sí ha sido consciente en todo momento de que la salida de la crisis, la cura de la enfermedad, imponía una serie de sacrificios que eran desagradables e incómodos, siempre impopulares y por supuesto difíciles de explicar.

Si analizan mínimamente todas las reformas acometidas coincidirán conmigo en que eran necesarias. Había que cambiar la legislación laboral y se cambió. Los usos y costumbres de la negociación colectiva, obsoletísimos, se han actualizado. Urgía clarificar la situación de las cajas y reforzar la situación de sus balances y se ha hecho. Había que terminar con la locura gastadora de comunidades autónomas, diputaciones, ayuntamientos, y se ha hecho. Había que reformar el sistema de pensiones con el objetivo de garantizar su futura viabilidad y se ha hecho. El problema no ha sido la elección de los objetivos, el verdadero problema reside en que todas estas reformas se han acometido de forma tardía y de manera tan timorata y acojonada que hasta ahora, se han mostrado inútiles. No se ha creado empleo, ni se ha tranquilizado a los mercados, ni se ha generado riqueza.

Lo peor es que a efectos económicos el año está ya cerrado, por lo menos en su parte pública ya que el Gobierno no puede acometer más reformas que las que le vengan impuestas desde Bruselas y las que tenga pactadas con la oposición. Es decir no habrá medidas relevantes salvo catástrofe impredecible. El revuelo surgido acerca del aumento de la presión fiscal a “los ricos” es paradigmático, ya que Don Mariano no puede consentir que le fuercen sus decisiones futuras, ya que no es lo mismo mantener el status quo de la situación actual, que eliminar las decisiones anteriores. Y, Rubalcaba no quiere que le roben protagonismo a su programa electoral, ni que le diluyan su necesario “giro a la izquierda”, si lo que verdaderamente pretende, como hemos oído últimamente, es sacar a su parroquia electoral de su actual letargo.

Así que deambularemos hasta las elecciones sin más pena que gloria. Oiremos excusas de unos y protestas de otros, pero acciones veremos pocas. Luego si el ganador es el PP estaremos expectantes ¿Habrá una “dieta Rajoy” con sorpresas y propuestas? Y, si gana Rubalcaba (primera sorpresa), ¿aplicará sus promesas de cambio futuro o reiterará sus hechos pasados? Quién sabe. Pero eso es cosa de la siguiente legislatura. Esta ha muerto. Descanse en paz.

Por cierto, y si algún político es asiduo de nuestro foro convendría que aplicara toda su inteligencia en leer y entender lo siguiente. Los españoles de a pie, los mileuristas, funcionarios, trabajadores autónomos, pensionistas, viudas de pensionistas y por supuesto todos los parados de este país, desde que nacemos, sabemos que nunca se puede gastar el dinero que no se tiene y que si se gasta, el futuro será negro, muy negro. Parece que nuestros políticos son alienígenas, desconocedores de la realidad y sólo ahora y cuando casi no tiene remedio se han dado cuenta.

 

Salud y suerte en las inversiones, las vamos a necesitar.