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No me negarán ustedes que la situación político-económica mundial es muy preocupante estos días en los que “celebramos” el primer aniversario de la “crisis”.  Rusia desafiando a la comunidad internacional con su intervención en Georgia. Las elecciones norteamericanas de noviembre, el temor a la recesión con la vieja Europa tirando del carro, la caída del precio de las materias primas y el desplome en las cotizaciones en los mercados emergentes  como bien nos recordaba mi compañero Pharma en su artículo de ayer.  En fin una situación desconcertante que desde luego no anima a invertir en los mercados.

Sepan ustedes que uno de los pocos sectores que se libra de la quema (de momento) es el de las PYMES y dentro de él, dicen que sólo el sector panadero, el charcutero e Internet son los que funcionan relativamente bien. Ya saben, las materias primas para hacerse un bocata y seguir navegando.

De todos modos, creo que aunque algunas PYMES estén saliendo bien paradas, un poco de ayuda y una  serie de medidas, que quien cobra por tomarlas deberían de adoptar, sería una manera adecuada de dar un espaldarazo al esfuerzo de un montón de pequeños empresarios/as que según dicen los expertos son los que mantienen  viva la economía nacional. Veamos pues.

 * Para comenzar sería interesante que el papeleo necesario para sacar adelante la empresa fuera mucho más sencillo, fíjense: IVA, IRPF, Seguridad Social, Impuesto de Sociedades, licencias locales y autonómicas, seguros, nóminas, presentación de libros, tener en cuenta la ley de protección de datos, pagos, cobros, caja, gestión de tesorería, notarías, actas… Ya ven que para sacar todo esto adelante sería necesaria la contratación de algún gestor o algún asesor.

* Facilidad para conseguir capital y mejora de la fiscalidad. Este capital genera empleo, saca a la luz nuevos e ilusionantes proyectos, generando patentes, necesidad de formación.

Además con un tratamiento fiscal adecuado, las empresas de capital riesgo podrían invertir en este mercado. Este tipo de decisiones, facilitaría la creación y consolidación de nuevas empresas y por ende la creación de nuevos puestos de trabajo.

* Un poco de visión de futuro de nuestros mandatarios a la hora de canalizar las ayudas directas. Hay desde mi punto de vista sectores que con todo mi respeto no representan el futuro de nuestra economía que están siendo apoyados desde la administración con medidas como la reducción del IVA, reducción del precio del gasóleo, subvención de seguros, bajada en el precio del agua. Este tipo de ayudas, si van a ser estructurales deberían también tener en cuenta los sectores que vayan a cambiar la estructura productiva de nuestra nación.

* Los mandatarios deberían también  legislar sobre los plazos de pago. Las grandes empresas, desde su posición dominante estrangulan a sus pequeños proveedores aumentando en exceso los impagos y por supuesto los costes financieros. Los grandes hacen caja todos los días, pero pagan cada 90, 120 ó 160 días. Siendo las administraciones las primeras obligadas en cumplir estos requisitos.

* Reformar y por supuesto reducir el impuesto de sociedades, aumentando el número de tramos         (hoy en día debe de haber sólo dos) teniendo en cuenta la facturación y el número de empleados. Esto haría desde mi punto de vista que la contribución a las arcas del estado fuera mucho más racional.

* Imaginación a la hora de diseñar los planes y apoyos a la formación considerando nuevas maneras y nuevos métodos formativos. Los trabajadores/as preparados, eficaces y motivados son la clave de las empresas y de los países competitivos. Los costes de formación deberían ser considerados inversiones y no gastos.

* Y por último muchos mayores incentivos a la contratación indefinida. Si alguien vale, debería tener un contrato fijo después de pasar cierto tiempo en la empresa. Los contratos fijos deberían ser una obligación moral  para las empresas.

 Pues ya ven, esperemos que los dos focos de atención de esta semana ( datos de empleo en EEUU y la reunión del BCE ) nos aporten un poco de ilusión y algunos buenos datos a los que no hemos tenido más remedio que volver a trabajar después de las vacaciones.

Salud y suerte en las inversiones, la vamos a necesitar.