Como bien saben ustedes, Grecia se enfrenta a una mezcla explosiva de crisis económica, inestabilidad política y revuelta social. El Gobierno heleno aprobó el miércoles una serie de medidas, cómo no, exigidas desde la UE, antes de desbloquear las ayudas imprescindibles para hacer frente a los pagos de junio, julio, agosto y evitar de esta manera la quiebra inminente. Pero la debilidad parlamentaria, el riesgo de una completa oposición ciudadana y la diferente e inoportuna visión de los partidos conservadores en la oposición, garantizaron la emoción hasta el final del recuento de los votos.

Mientras los parlamentarios se despedazaban y enfrentaban visones totalmente diferentes y medidas contradictorias, la calle hervía con la enésima huelga general que paralizaba un país que estaba ya parado.

Todo el mundo en Grecia está unánimemente indignado, todos están  contra alguien externo, como si ellos, los griegos, no hubieran tenido nada que ver en el asunto. A ningún griego se le ve reconocer que haya hecho nada mal, ningún griego se apunta una pequeña parte de responsabilidad de la situación. En este caso, los malos, para los griegos, son las instituciones europeas y el Fondo Monetario Internacional, que, según ellos, los griegos, imponen condiciones extremadamente duras para entregar unas ayudas que me pregunto yo ¿son debidas?, los bancos extranjeros que les prestaron dinero no hace mucho, por cierto, ¿a dónde fue a parar ese dinero?; el Gobierno inoperante, ya conozco algún otro, que no hizo nada cuando debía, y cómo no, los empresarios que rehuyeron sus obligaciones. Con tantos culpables, la santa ira popular se acrecienta, pues se olvida de los pecados colectivos y de las irresponsabilidades individuales.

Grecia está al borde del abismo, estaba claro que sin plan de austeridad, no había ayudas, porque Europa no podía consentir que el desmadre en el déficit y las trampas empleadas para ocultarlo quedaran sin castigo.

Sin ayudas, Grecia debería salirse del euro, devaluar el dracma y suspender pagos. ¿Les suena aquello del corralito argentino? Pues puede que quizá lo veamos en Atenas, de ser así. La situación política se convertirá en ingobernable, la social en insoportable y la económica en inmanejable. Y, ¿los demás?, es decir nosotros, Portugal, Irlanda, España, Bélgica, Italia… Mejor ni pensarlo. Pero si alguno de ustedes piensa que esta ola no nos va a salpicar, que digo salpicar, calarnos hasta los huesos, se equivoca, tengan preparadas las toallas.

Pasen ustedes un buen verano, disfruten de lo que puedan y no se crean que con este rescate se va a terminar de solucionar nuestra crisis, ya que la nuestra, la vamos a tener que solucionar nosotros.

Espero leer sus opiniones en nuestro foro de bolsa y economía.


Salud y suerte en las inversiones, las vamos a necesitar