Cuantas veces hemos ido al súper y ante tantas marcas de leche, dudas sobre cual elegir, la de mejor precio, la de marca blanca, la de gran nombre…..

Ahora tras un informe de la OCU, polémico o no, parcial o imparcial, podemos decir que debería haber cambios en los sistemas de control, envasado y seguimiento de procedencia de la materia prima.

Ganaderos contra el Gobierno y la industria láctea; las empresas contra la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y esta entidad contra la Administración. El informe de la OCU sobre la baja calidad de la leche entera de vaca que se consume en España ha generado un enfrentamiento generalizado entre los sectores implicados. Están a leches por la leche.

La respuesta del sector ganadero ha sido inmediata. Las organizaciones de agricultores y ganaderos de todo el país defienden la «altísima calidad» de la leche que se consume en todas las comunidades. Al menos en lo que a ellos les afecta, que es la producción. En este punto, la coordinadora COAG exige «más rigor» porque «cuando se dice ‘leche española’ se está diciendo ‘leche envasada en España’ pero no sabemos realmente su procedencia».

Lejos de arremeter contra la OCU, la COAG censura «la permisividad del Gobierno con las prácticas de las grandes distribuidoras que inundan los mercados con leche barata, cuyo origen y trazabilidad se desconocen».

La parte empresarial no queda atrás y se justifica, organizada en la federación FENIL. A través de un comunicado, anuncia medidas legales para defender «su buen nombre» contra la OCU, cuya «actitud irresponsable confunde al consumidor y genera estados de alarma injustificados». Asegura que la leche que se comercializa en España «es de mejor calidad que la de hace diez años» y resalta «la seguridad del producto, que cumple con toda la normativa vigente «a nivel nacional y comunitario».

Por otro lado el gobierno, como no, también tiene que intervenir, el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino garantiza que el sector lácteo aplica «rigurosamente» la legislación armonizada con la UE, con los de autocontrol «más exigentes de todo el mundo», lo que garantiza la calidad y la seguridad alimentaria y «consecuentemente los derechos de los consumidores». A su vez, la ministra de Sanidad, Leire Pajín, se dispone a estudiar el informe de la OCU «para actuar en consecuencia si fuese necesario».

Esta sucesión de críticas, sin embargo, no ha hecho variar ni un ápice la postura de los responsables del informe, que se puede ver en la página web de la OCU. Esta organización lamenta que el Gobierno «se posicione junto al sector lácteo», en vez de «interesarse por los detalles de un estudio, cuyo resultados conocía». La Organización de Consumidores y Usuarios también envía un mensaje a la industria. «Es curioso que FENIL trate de matar al mensajero, en lugar de preocuparse por mejorar y realizar autocrítica entre las diferentes empresas que componen este sector de la industria alimentaria».

Sobre la postura de los ganaderos, la OCU recalca que ha analizado «con rigor científico la leche que bebe el consumidor y que adquiere en el punto de venta, no la que sale de las explotaciones y que luego es sometida a diversos tratamientos». 

Blanco y en botella o blanco en brik, pero que nos den calidad y que analicen las procedencias, ya que nuestro sector productor de leche, siempre esta en la picota por excesos de producción y luego nos meten leche de otras procedencias….

Hay, aquella leche que me tomaba en casa de mi abuela, ordeñar de la vaca, hervir y desayunar, que rica, con su nata…..

Por lo tanto tengamos en cuenta la leche, cuando compramos, compremos bien y no nos pongamos de mala leche.

Discutámoslo en nuestros foros.