Inconmensurable la cita de Celestino Corbacho, ministro de Trabajo:
“Llegará un día que cuando el sector del automóvil se recupere y llegue a una cierta normalidad, no será razonable que de los impuestos de los ciudadanos demos una parte a otros ciudadanos para que se compren un coche.”
Corbacho hizo referencia a las transferencias de capital forzosas de ciudadanos a empresas para afirmar que el nuevo subsidio de 420 euros a los parados será temporal. A propósito, cuando Keynes definió su estrategia de ingeniería social en su Teoría General, también decía lo mismo una y otra vez. Todas las medidas han de ser temporales. Nunca fue así.
Para la izquierda, los tiempos de crisis son épocas de gloria donde la miseria de los ciudadanos da pie a satisfacer a sectores estratégicos para conseguir más votos. 400 millones de euros del pagador de impuestos costará el nuevo subsidio; todo para ganar ¿cuántos votos? En otra parte ya analizamos qué repercusiones económicas conlleva alargar las prestaciones por desempleo (penalización del trabajo, destrucción de capital, parasitismo, más crisis…).
Déjenme anunciarles una cosa. El socialismo como doctrina murió a la hora y media de ponerse en marcha. No es de extrañar, es un absurdo teórico.
En todos los países fue sustituido por la tiranía de las buenas intenciones. Da igual de qué color sea el Gobierno de turno. Como expresa la cita de Corbacho todos reducen su mediocre ideología sentimental a lo mismo: transferencias de capital forzosas de una parte de la sociedad (empresas y clase media) a otra (lobbies económicos y sociales). Bien, no sólo de la sociedad. Con la globalización hemos llegado más lejos. El actual Gobierno español -que desde que se impuso nos hace pagar 355 euros más en el IRPF, y ni qué decir en multas- también considera “razonable” que nosotros, los ciudadanos, transfiramos más de 250 millones de euros, queramos o no, a países extranjeros o paguemos programas internacionales para luchar contra el paro cuando España es líder europeo en crear desempleados alcanzando cotas inauditas en paro juvenil, duplicando el de la UE.
Ministro Corbacho, todos esperamos el día en el que la mayoría de hombres libres no tengan que dejarse robar por la gran Mafia del Estado para contentar los intereses partidistas del Gobierno. Critican el liberalismo por ser la jungla, el caldo de cultivo de terratenientes, lobbies y monopolistas. La ley de la jungla es la tiranía de las buenas intenciones. El Estado del Bienestar es la mejor base para crear monopolios protegidos por leyes, barreras de entrada económicas y transferencias de capital del ciudadano a la oligarquía apolítica y sus amigos, ya quieran llamarse banca, sector del automóvil o ecológico. El Estado del Bienestar, su buenismo y solidaridad a punta de pistola premian al vocero, al parásito, al incompetente, al vividor de rentas gubernamentales, al sindicalista. En definitiva, al lobo vestido con piel de cordero.
Todas las medidas de este Gobierno son tan populares como directamente contraproducentes para el ciudadano. Recibir dinero gratis es bienvenido por su receptor (consumidor de impuestos), pero si castigamos a quien produce para darlo al que no produce lo único que lograremos será suicidarnos económicamente, más aún con la crisis que tenemos encima.