Por Roger E.A. Farmer.
No necesitamos nacionalizar los bancos. No es necesario garantizar sus activos. No necesitamos que el gobierno posea acciones con derecho a voto en los bancos privados. No tenemos que crear un banco lleno de malos activos tóxicos. Sólo necesitamos un poco de fe en el libre mercado y un poco de intervención creativa.
La crisis financiera comenzó en los EEUU por el mercado hipotecario subprime, y se ha propagado a lo largo y a lo ancho. Entre enero de 2007 y enero de 2009, 10 de los principales bancos de EEUU perdieron dos tercios de su capitalización bursátil. El problema que se inició cuando los inversores dudaron del valor de los títulos respaldados por hipotecas, se ha extendido al papel comercial, a las tarjetas de crédito, la deuda y los préstamos estudiantiles. Estos acontecimientos no se limitan a los EEUU. El sistema financiero mundial está desangrándose.
Antes de intentar resolver el problema, es una buena idea comprender su naturaleza. Los inversores en los bancos Inversores en los bancos no son irracionales. Ellos los están valorando a precios muy bajos, ya que la evolución de la situación económica puede empeorar mucho más. La economía de los EEUU está eliminando 500.000 empleos al mes, y en Europa, Asia y América Latina la situación es similar. La pérdida de valor en las acciones de los bancos está en peligro de convertirse en una profecía autocumplida.
Las economías de libre mercado a veces necesitan ayuda. En toda recesión después de la segunda guerra mundial, la FED ha reducido sus tipos de interés para restaurar la demanda privada. Esa opción ya no está disponible, debido a que la tasa de interés no puede caer por debajo de cero. Otra de las opciones podría ser el apoyo a los precios de las acciones bancarias. Sería una forma de que los bancos centrales inyectaran dinero en el sector bancario sin tener que nacionalizarlos.
¿Como funcionaría?
Primero: Definición de un fondo indexado que incluya a todas las cotizaciones bancarias con una ponderación basada en la capitalización del inicio de ese índice. Esta ponderación puede ser revisada periódicamente.
Segundo: Permitir que las empresas financieras privadas crean y comercien este fondo, mediante la compra de acciones bancarias y la venta de los fondos indexados como un pasivo.
Tercero: El Banco Central comprará una cantidad inicial de los fondos indexados.
Cuarto: En cada reunión del comité de política monetaria, anunciar un precio, y un tipo en el que el banco central estaría dispuesto a comprar y vender los fondos indexados en las próximas semanas.
¿Cuanto Costaría?
Tomemos el caso de EEUU y supongamos que la FED compra el fondo a 10$ en virtud de la actual capitalización bancaria. Ahora la FED anuncia que en una semana, están dispuestos a comprar o vender los fondos indexados a un precio de 15$. El anuncio proporcionará a los inversores privados un incentivo para comprar las acciones de los bancos que compongan ese índice, a fin de beneficiarse de la intervención de la Reserva Federal. Como estas empresas comprarían acciones bancarias, el precio de las acciones subiría, y el del fondo que las engloba también. Este sistema recapitalizaría el sistema bancario de los EEUU, y se podría aplicar con poco o ningún coste para los contribuyentes.
Los bancos están infravalorados porque no hay mercado para los activos tóxicos de los que son titulares. ¿Cómo la FED decidirá el valor correcto de estos activos?. No tiene modo. El mercado decidirá lo que valen. El precio relativo de cada acción bancaria será determinado por el mercado no por la FED. Si un banco en particular tiene una proporción demasiado alta de activos tóxicos, el capital se desplazará a los bancos mejor gestionados. En caso de que un nuevo banco sea creado, y se encuentre gestionado de una forma eficiente, el mercado de capital se trasladará al nuevo banco y los viejos caerán en valor.
¿Cuáles son las ventajas de este enfoque alternativo a los regímenes de recapitalización objeto de examen?
Primero: No es necesario que el contribuyente se gaste un centavo.
Segundo: Permite que el mercado determine el valor de los activos.
Tercero: No se recompensa la mala gestión, pero permite a los bancos caer sin que con ellos caiga todo el sistema financiero.
Cuarto: Se establece un incentivo para la creación de nuevas instituciones financieras para sustituir las antiguas.
El sistema financiero mundial no está ilíquido. Es potencialmente insolvente.
Profesor Roger E.A. Farmer, vicepresidente del departamento economía Universidad de California.