EL ZORRO, JAZZTEL Y EL

 

DR. HOUSE

Un cálido e inusual Noviembre tenía muy animados a los habitantes de la espesura salvaje. La vida era más fácil con aquellas temperaturas y todos se dedicaban a hablar de la Bolsa: Que si va bajar en Enero…., que no…, que sería en Diciembre… que no, que no, ¡será en la hora bruja de este mes de Noviembre!. En fin, pronósticos y más pronósticos.

Los analistas de reconocido prestigio trataban de dirigir el mercado marcándoles las ganancias a los pequeños inversores. En las pérdidas no habría problema, ¡ya decidirían ellos!.

El astuto habitante de la espesura, contemplaba todo con interés e iba sumando conocimientos de la psicología de las masas y de la cada vez más patente manipulación del pequeño inversor.

El Zorro, inversor independiente, cada día le dedicaba más tiempo a sus finanzas, su olfato perruno le decía que estábamos en el último tramo de una etapa y que había que disparar con mucho tino para dar en el blanco más rentable.

En esas estaba cuando alguien lo reclamó desde el exterior de su madriguera:

– Hurón: ¡Zorro!, ¡Zorro!, ¡Zorroooo!. ¿Estás en casa?

 Al raposo no le gustaba que lo molestasen cuando se dedicaba a su meticuloso análisis de los valores y respondió de mala gana: 

-Zorro:  ¡Siiiiiiiiiii!. ¡Ya voyyy, ya voy!. ¿Quién será?. ¡Urfff! Abrió la puerta y se encontró con su vecino el Hurón: 

-Zorro:  ¡Ah, eres tu Hurón!. ¿Dime?.

-Hurón: Hola Zorro, si tienes un minuto me gustaría consultarte sobre un valor. 

El cánido se quería librar lo antes posible del molesto vecino que nada le aportaba y le dijo: 

– Zorro: Venga Hurón si es Reno de Medici, ya te dije que…………

-Hurón:  No Zorro, no. Estoy preocupado por Jazztel. ¿Qué crees que pasará?, ¡no se mueve!.

-Zorro: Tienes que tener paciencia vecino, para triunfar en Bolsa se necesita paciencia y en ocasiones, mucha.

-Hurón: ¿Paciencia?. ¡Ya he tenido bastante Zorro, si me jubilo dentro de tres años!. Vamos, ¿no querrás que esté esperando hasta entonces?.

-Zorro: Está bien Hurón, vamos junto al Búho a ver si da con la dolencia de Jazztel. 

Los dos vecinos pronto llegaron a su destino. El Zorro miró al cielo y comprobó que ya estaba anocheciendo y respiró tranquilo:

 -Zorro: ¡Menos mal!, sino, a aguantar la bronca por despertarlo.

Búho, Búhoooo, Búho….. –llamaba el raposo-.

-Búho: Si, ya voy, ya voy. Será el Zorro como siempre, -pensaba el ave-.

-Zorro: Hola amigo, vengo con el Hurón, que quiere consultarte algo sobre Jazztel.

-Hurón:  Buenas noches Búho, estoy preocupado porque Jazztel no se mueve. Temo que este aquejado de parálisis bursátil.

-Búho: Algunos inversores sois muy exagerados, Hurón. El valor ha sido muy traqueteado por las manos débiles y hasta que estas se rindan, no creo que eche a andar.

-Hurón: Eso creía yo Búho, pero las pérdidas aumentan, y tengo miedo de que se desangre o algo así.

– Búho: Pues yo no puedo hacer nada más. Si acaso, podéis viajar a los USA y consultar en el Princeton Hospital al Dr. House, antiguo conocido mío y muy competente.

La gran desesperación del Hurón le llevó a agarrarse a la sugerencia del Sabio del Bosque como a un clavo ardiendo. Convenció al Zorro y allá se fueron. 

En el Princeton Hospital, los recibió Cuddy, la directora, House no apareció por ninguna parte. Los dos habitantes de los Bosques de España, pasaron a una sala, mientras esperaban el resultado de las pruebas y el diagnostico. En pocos minutos el caso ya estaba en manos del genial médico.

Gregory House miró a su tres colaboradores con sus penetrante ojos azules y les dijo:

 – House: Vamos chicos, vamos, a trabajar. ¿Qué tenemos…?. ¿Chase?

– Chase: Pulso bajo con algunas crisis al alza que pronto remiten.

– House: ¿Y tú, Cameron?.

-Cameron:¿Puede ser una enfermedad trópical?. ¿Una Pujalitis?

– House: ¿Malaria?.

-Cameron:  No, el Hurón dice que hace meses entró en el valor un Pujals.

– House: No conozco ese virus.

– Cameron: Es cubano. Pero algunos dicen que puede ser beneficioso.

– House: Así que un virus tropical, habrá que consultar a un especialista en enfermedades de ese tipo. 

House iba anotando en la pizarra los síntomas del valor enfermo. 

– House: ¿Y tú, Foreman?.

– Foreman: Tiene pérdidas desde hace años y estás van en aumento. 

Veamos, decía House mientras escribía el último síntoma en la pizarra: 

– House: Tenemos: Pulso bajo con subidas puntuales y anormales                                

Virus tropical.                            

y…………….  Pérdidas.

 Una luz se encendió en el brillante cerebro del genial médico y haciendo un gesto, dijo a sus tres ayudantes: 

-House: Creo que puede ser algo relacionado con los huevines. 

House anotó su diagnostico bajo los síntomas de los otros tres médicos. Foreman no estaba de acuerdo y opinó:

 – Foreman: No puede ser, ¡no coinciden los síntomas!.              

 House le tira el rotulador y le dice: 

-House: ¿Van 50 pavos?.

– Foreman: ¡Hecho!.

– House: Bien, ¡en marcha!,  hacer las pruebas de leucocitos, y buscar en el corazón y en los pulmones. Puede que tenga algo coronario, o pulmonar y por ello no respire bien. ¡Ah!, Foreman, encárgate tu de los huevines. 

Gregory, miraba a sus tres colaboradores mientras se iban, cogió una cajita de su bolsillo derecho y extrajo dos pastillas que introdujo en su boca con la palma de la mano. Sus brillantes conocimientos estaban otra vez a prueba. ¿Podría salvar al valor?.  A las dos horas los tres ayudantes de House iban llegando con los resultados:

 – Chase: Los leucocitos están algo bajos, eso puede explicar la entrada de muchas manos débiles en el valor, e incluso lo del Pujals. 

House apuntaba y desechaba posibilidades en su pizarra:

 -House:  Bien, las defensas algo bajas, ¿que más?. 

-Chase: No vemos ningún síntoma o afección coronaría. 

Al rato llegó Cameron:

 – Cameron: Las pruebas del Pujals han dado positivo, pero Wilson dice que es benigno.

– House: ¿Desde cuando tener algo así en tu interior es positivo?. Este Wilson…. 

Y por último, entró en el cuarto el Dr. Foreman:

 – Foreman: Tiene los pulmones algo congestionados pero no se le detecta afección grave.

– House: Bien, ¿y los huevines?.

– Foreman: No realicé la prueba. 

Gregory los miró con su penetrante mirada azul y les dijo con voz firme: 

– House: ¿A que esperáis, ¡hacedlas!. ¡Vamos!.

A las dos horas, los tres colaboradores entraban juntos en el cuartel general de afamado Dr. americano.

 – House: ¿Y bien….?

Foreman miró resignado a su jefe y dando su brazo a torcer: 

– Foreman: ¡Tenias razón!, no le han bajado los testículos y por ello presenta esas disfunciones.

House, lo miró con sus famosos ojos azules, Foreman entendió la indirecta, sacó un billete de 50 dólares de su bolsillo y se lo entregó. ¡Una vez más había perdido la apuesta!. 

-House: Bien chicos, preparad un quirófano, esto estará en un periquete. 

 Dos expertos cirujanos le realizaron al valor la sencilla operación de bajarle los testículos. House bajó de planta para hablar con el Hurón y el Zorro: 

– House: Soy el Dr. House, no se preocupen por Jazztel presentaba esos síntomas por falta de madurez, lo están operando y en unos meses verán una gran mejoría.

– Hurón: ¿Pero era grave lo que tenía, Dr.?

– House: Inmadurez sexual bursátil, ¡no tenía huevos para subir!. No se preocupe, pronto se comportará con normalidad.

– Hurón: ¡Muchas gracias Dr.!.

House dio media vuelta y se fue andando torpemente por los pasillos del Princeton Hospital apoyado en su bastón. Esa fue la primera y última vez que el Hurón y el Zorro lo vieron.

Ya en el avión, de vuelta a los Bosques de España, el Hurón le comenta a su vecino:

 -Hurón: Voy impresionado con lo que saben estos americanos. ¡Encuentran solución para todo!.

-Zorro: Si Hurón, si, y después los critican. ¡Lo que no sepan estos…!¿Qué?, ¿vas más tranquilo?.

-Hurón: Si Zorro, si, esto de la Bolsa se está poniendo cada año más difícil: que si Nueva York, que si los manos fuertes, que si los intereses, que si el petróleo, que si las guerras, y ahora……… ¡hasta los huevines!.

-Zorro: ¡Y que lo digas Hurón!, pero mientras tengamos a House…………..        

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