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Autor Tema: Así­ se protegen las grandes empresas españolas frente a la escalada del dólar  (Leído 132 veces)

Eguzki

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Mientras las empresas estadounidenses se lanzan a emitir deuda en euros para aprovechar las bajas rentabilidades que las medidas nada convencionales puestas en marcha por el presidente del BCE, Mario Draghi, han puesto al alcance de cualquiera que pruebe los mercados del Viejo Continente, las compañí­as españolas que siguieron el camino contrario hacen números para ver el efecto en sus cuentas del desplome del euro frente al dólar.
Y es que siempre hay dos maneras de ver el mundo y la expansión cuantitativa del BCE, el programa de compra masiva de activos en el mercado, ha supuesto la deflagración de la moneda única, en una caí­da sin precedentes por rapidez e intensidad. La depreciación frente al dólar en las últimas diez sesiones ronda el 7%, una cifra que se eleva al 9% si se toman los datos desde que Draghi anunció sus intenciones (el 22 de enero) y que llega al 24% en un año. Bueno para las empresas europeas exportadoras y para importar inflación, pero no tanto para aquellas que están endeudadas en la divisa estadounidense.

Sobre todo, porque muchas de ellas llegaron a esa casilla siguiendo las recomendaciones que constan en el modelo de la perfecta diversificación financiera. La primera norma es reducir la dependencia bancaria y apelar al mercado de bonos. La segunda, hacerlo en distintas divisas para compensar riesgos y descansar sobre una base inversora más amplia.

Es verdad que en España no hay demasiadas que hayan llegado tan lejos. En general, las empresas nacionales que apelan al mercado de bonos para financiarse se cuentan poco más que con los dedos de dos manos, por mucho que su número se haya disparado en los últimos tiempos. Las que han ido más allá y tienen emisiones en varias divisas son realmente muy pocas.

Pero alguna hay. Telefónica es una de ellas, al igual que Iberdrola. Grifols y Abengoa solo tienen deuda cotizada en dólares, mientras que Gestamp realizó un tramo en esa divisa en la única emisión que tiene en el mercado. Lo normal es que solo se dejen sin cubrir posiciones de cuantí­a limitada y por motivos muy concretos.

Todas ellas se enfrentan al mismo problema. Desde el punto de vista del euro, el principal del bono crece en la conversión y lo mismo sucede con los cupones que pagan las emisiones. En idíéntica situación está la deuda bancaria, que en algunos casos tambiíén se materializa en forma príéstamos en dólares. Pero todas disponen de estrategias de defensa.

«No se está viviendo ninguna tensión en el departamento financiero con la caí­da del euro», señalan fuentes de una gran empresa española con deuda cotizada en dólares. «El efecto es inapreciable», añaden.

Las razones son dos. La primera es la polí­tica que siguen la mayorí­a de ellas de realizar coberturas naturales, lo que supone financiar los negocios internacionales en la divisa en la que se genera la caja. En tíérminos efectivos, los movimientos de las divisas quedan neutralizados, porque los fondos para pagar las deudas en dólares no salen de ingresos en euros, sino en la moneda estadounidense. Y en tíérminos contables a la hora de formular resultados en la divisa común, cualquier gasto de más que haya que hacer por la deuda vendrá acompañado de ingresos extra por la ví­a del negocio.

Eso explica que Grifols se haya financiado en dólares, porque es en esa moneda en la que logra la mayor parte de sus ingresos. Abengoa tambiíén tiene actividad en Estados Unidos, al igual que Iberdrola, que tiene un 20,3% de su endeudamiento neto en dólares, según consta en su informe anual de 2014.

Telefónica es un caso distinto. Su negocio en dólares es testimonial, pero necesita endeudarse en la moneda estadounidense para cubrir esa parte del camino en la traslación del euro a divisas latinoamericanas (y al contrario), porque la conversión directa muchas veces no es posible. A eso se suman algunos paí­ses con «mercados de financiación o de coberturas en divisa local inadecuados o inexistentes», en palabras de la compañí­a, lo que obliga a endeudarse en la moneda a la que estas naciones suelen ligar sus divisas (el dólar) para protegerse. El resultado es que Telefónica tiene un 5% de su deuda neta en dólares, lo que equivale a 1.254 millones de euros a cierre de 2014.

En todo caso, la cobertura natural no es la única opción. Por supuesto, es la más barata, pero en caso de que no sea posible crear un escudo 100% efectivo con ella se apela a los derivados. «La estrategia de Abengoa para reducir su exposición a las variaciones del tipo de cambio, para aquellos casos en los que no haya cobertura natural mediante el ajuste de los flujos de caja futuros por ingresos denominados en las distintas monedas con los pagos de principal e intereses en las mismas monedas, consiste en la suscripción de contratos de compraventa futura en divisas y swaps de tipos de cambio», señala la empresa de energí­a y medioambiente.

La misma estrategia es válida para el resto de las grandes empresas. Solo en casos puntuales se dejan posiciones abiertas. Y suele haber un motivo: «Evitar altos costes de cobertura no justificados por expectativas o altos riesgos de depreciación», explican fuentes de estas empresas.

Pero son posiciones muy concretas y no demasiado voluminosas. De ahí­ la tranquilidad con la que estas empresas están mirando la depreciación del euro, al menos desde la perspectiva de su deuda.

Iníés Abril