Por: Luis Davelouis

¿Qué es ser socialmente responsable? Básicamente, ser un buen vecino, contribuyendo voluntariamente y de diversas formas —creando caminos rurales, por ejemplo— con el desarrollo de la sociedad en la que se insertan las operaciones de las compañías.

En medio de una crisis internacional que afectará de manera imprevisible a nuestra economía, se esperaría que muchas empresas tiendan, al menos, a replantear sus programas de responsabilidad social (RS).

Como afirma el director regional y ambiental de Minera Yanacocha, Luis Campos, “es imposible que los programas de RS se desliguen de los resultados de las empresas”. En el 2008, Yanacocha invirtió US$38 millones en sus programas y este año invertirá US$33 millones, fruto de que aún no logra encontrar más reservas de oro y pese a que al precio de este metal le fue particularmente bien en los mercados internacionales.

El 2008 no ha sido un buen año para muchas mineras productoras de zinc y de cobre, pues los precios de estos metales han caído 30% en promedio en ese lapso. Es por ello que el viceministro de Minas, Felipe Isasi, estima que los ingresos por aportes voluntarios de las mineras disminuirán en 20%, pasando de US$540 millones a US$432 millones en el 2009.

Las mineras tienen, como explica el presidente de la Sociedad de Minería, Hans Flury, los programas de las propias empresas y los aportes voluntarios. Salvo casos puntuales, lo que destina el sector minero a proyectos de RS caerá y cabe preguntarse: si en el 2007 y 2008, cuando se registraron aportes récord por canon minero, también hubo un récord de conflictos sociales ¿qué pasará este año?

CONSUMO INTERNO
¿Y qué pasa en otros sectores que aún no han sido afectados por la crisis y que dependen de la robusta demanda interna?
Los tres principales bancos (con los tres programas de responsabilidad más grandes del sector) afirman que no recortarán sus programas. El BCP invirtió US$3 millones en el 2008 y para este año planea invertir 14% más sin importar cómo venga la crisis. El BBVA, por su lado, tiene como política invertir el 1% de sus utilidades después de impuestos “llueve o truene” lo que representó una inversión de alrededor de US$2,2 millones. Scotiabank invirtió US$1,5 millones en RS el 2008 y, si bien este año —debido a la crisis— no incrementará la inversión, no la recortará y, en el mejor de los casos, la incrementará a medida que la incertidumbre se disipe.

El grupo Romero (que agrupa a Alicorp y Ransa, entre otras empresas) dedicará este año a través de la Fundación Romero más de US$1 millón a estos programas, 30% más que el 2008. Mientras que Corporación JR Lindley ampliará sus numerosos programas de RS “porque sabemos que esta crisis pasará como han pasado otras”, señala Juan Flores, gerente de relaciones institucionales de Lindley. Por su parte, Backus invirtió US$9 millones en el 2008, monto que mantendrá en el 2009 “porque entendemos que es en estos momentos cuando hay que demostrar que creemos en el desarrollo sostenible”, dijo Fernando Hilbck, director de asuntos corporativos de la cervecera. También Kimberly-Clark planea invertir más que en el 2008 en RS. Finalmente, la constructora Graña y Montero estimó que “la tendencia del gasto en RS se reducirá por el contexto de la crisis, pero no habrá cancelaciones de proyectos”. El año pasado gastó S/.800.000 en diversos programas de educación y capacitación laboral.

Dentro del pequeño muestreo que hicimos, el grupo Gloria se excusó de participar porque, aseguró, “la política es no publicitar los temas de RS (…) el manejo se hace de manera reservada”, dijo un vocero.

COLOFÓN
Las denominaciones que se utilizan dicen mucho de lo que uno piensa del objeto denominado y de cómo uno se considera respecto de aquel. Así, hay una diferencia enorme entre llamar gasto o llamar inversión a la RS. También hay una diferencia inmensa entre quienes cumplen con su función social —e incluso ayudan— calladamente y los que envían notas de prensa para publicitar su generosidad.

Las empresas parecen haber empezado a entender que la RS redunda en beneficios de largo plazo para todos. Esperemos que estas inversiones no se detengan. Estaremos atentos.

EDUCACIÓN E INFRAESTRUCTURA
¿Y a dónde va?
El grueso de los recursos de los programas de responsabilidad social de casi todas las empresas que no son mineras está dirigido a educación, capacitación, cultura y salud. Por otro lado, las mineras, por estar más cerca a zonas rurales, invierten más en infraestructura económica que social. Construyen postas médicas, caminos rurales, y proveen de electrificación, agua potable y saneamiento. ¿Se trata de conciencia social o es solo la conciencia?