Por Orpheo.

En estos tiempos de incertidumbre y de crisis económica, no está de más, ya que el conocimiento nunca sobra, tener claros un par de conceptos básicos de economía, para que los políticos, que dicho sea de paso, de Economía saben pocos y más bien poco, para que con sus artes de prestidigitadores verbales, de reyes del eufemismo, no nos confundan más de lo que ya estamos.

Empecemos pues por la definición, y pasemos después al desarrollo y a las críticas. ¿Que es, en suma, la presión fiscal? Pues bien , la presión fiscal nos la da el resultado de una sencilla fórmula matemática que resulta de dividir los ingresos públicos por el PIB.

Ingresos Públicos / PIB

He aquí donde entramos en el eufemismo, en los juegos de palabras y en utilizar lo que nos conviene para reflejar una realidad sesgada. En efecto, la presión fiscal nos dará un número X, pero no reflejará la realidad del esfuerzo tributario del contribuyente. Para tener un fiel reflejo del esfuerzo que nos piden nuestros gobernantes, tendríamos que utilizar la formula que calcula el esfuerzo fiscal, pero claro, esto no interesa a los políticos, ya que los “números” que manejan, se les trastocarían un poco, perdiendo el efecto deseado en la opinión pública.

El esfuerzo fiscal intenta medir la carga que soportan los contribuyentes de un país en el momento de pagar impuestos, teniendo en cuenta su nivel de su renta. Cuanto más bajo sea el nivel de renta más grande será el esfuerzo que han de realizar los contribuyentes.

Presión fiscal /Renta per cápita

Lógicamente, como cualquiera puede ver, no es lógica la comparación con otros países del entorno, ya que con similares presiones fiscales, incluso superiores, disponen de una renta per cápita más elevada, con lo cual el esfuerzo fiscal de sus contribuyentes es menor.

En efecto, ya sé que algunos alegarán que la renta per cápita nos viene dada dividiendo el PIB por el número de habitantes, con lo cual estamos atribuyendo el mismo nivel de renta a todos

PIB / Nº de habitantes

Pero en el caso de España, no hay una cantidad tan grande de multimillonarios que diluya el resultado de la ecuación, como sí lo haría en Arabia Saudí, por ejemplo, con enormes desfases entre la economía de la población, y donde muchos ricos (Cresos diría yo) “falsean” el resultado de la fórmula en una población pequeña, con grandes diferencias de renta entre la población.

Como vemos, los números y la estadística, son manipulables cuando se quiere mostrar un resultado u otro, y esto en manos de los políticos ya sabemos en que deriva.