POR FELIX SANTANA GARCIA     

En las postrimerías del siglo XX e inicios del XXI el hombre se refería a los acontecimientos económicos de la gran depresión del 1929 y el crack del 1987 como parte de una historia acaecida en tiempos lejanos: ¿quién iba a pensar que ese mismo hombre sería no solo estudioso sino testigo presencial de hechos casi similares a los sucedidos en aquellos años?
Nada, esa es la vida, diría cualquier ser humano con actitud conformista. Pero si el hombre reflexiona, analiza y evita improvisaciones y excesos que han resultado ser incorrectos, la humanidad no repetiría tantos errores. 
Se dice que errar es de humanos, pero no es un secreto que un niño alcanza la adultez a través de su desarrollo físico y mental. El hombre de oficio o profesión logra su perfeccionamiento mediante la práctica diaria construyendo el edificio de la experiencia y solidez intelectual, por lo que está mal visto que los yerros vayan en aumento.  
Hoy con sorpresa presenciamos un escenario económico mundial donde se han originado hechos negativos que se pensaban superados.
 No obstante el hombre haber alcanzado más de 2000 años entre logros como la imprenta, la locomotora, electricidad, autos, aviones, naves espaciales,  avances de la  ciencia, tecnología, hasta llegar a la era de la tecnología de la información y la comunicación, tropieza con los mismos obstáculos. 
Logros alcanzados en la economía, finanzas, administración y otras disciplinas llenan libros y revistas especializadas pero se convierten pronto en letras muertas. 
El hombre se aleja por conveniencia de sus orientaciones y experiencias, cuando la planificación y el control deben ser su Norte.  
¿Quién iba a pensar que en el siglo XXI el hombre estaría cometiendo errores que con el paso del tiempo se suponían corregidos? El ser humano por exceso y corrupción ha dejado a un lado la aplicación de normas prudenciales, reglas, principios, procedimientos preestablecidos. Se predica una cosa y se hace otra.  
 Estudiantes universitarios se preguntan hoy, ¿vale la pena seguir aplicando paradigmas y técnicas como Sinergia, Empowerment, Coaching, Benchmarking, medición de riesgos financieros, normas prudenciales, aplicación de resoluciones de Basilea I y II a los fines de mejorar la eficiencia,  supervisión y regulación bancaria?
 ¿De que han valido tantas recetas técnicas para corregir entuertos que continuamente el hombre comete y vuelve a cometer?  
Los países industrializados aconsejan a los subdesarrollados en la Organización Mundial del Comercio (OMC) no aplicar subsidios o medidas de protección al sector agrícola  cuando ellos son los primeros en hacerlo. 
El Fondo Monetario Internacional (FMI) mediante sus ventanillas de asistencias económicas para resolver problemas de balanzas de pagos comunica haber sacado de la inestabilidad económica a países subdesarrollados, no así a  países desarrollados cuando estos posiblemente necesitan con mayor urgencia la asistencia de este organismo, solo porque se consideran amos y señores del mundo.    
¿Será este un mundo de locos, sinvergüenzas o charlatanes? Las normas no han fallado, han fallado sus creadores al violarlas. En economía y  finanzas la precaución y la actitud conservadora garantizan el ambiente de confianza para alcanzar el éxito.