Los españoles, como Sociedad, estamos experimentado unos profundos cambios, ¡en general para mal!, en lo que a educación, cultura, sacrificio, trabajo, investigación, competencia y espíritu de superación se refiere.

Vivimos en los mundos de Yupi, sinó en los de Jauja. Todo lo provee el papá estado y todos son derechos:

Derecho a estar parado con muchos derechos del trabajador, derecho a ser maleducado, derecho a ser vago, derecho a ser delincuente, derecho a ser ignorante, derecho a ser chuleado, derecho a ser pufista, derecho a ser pobre, etc., etc..

Los españoles, ya algo veteranos, que hicimos la ”mili” fuera de casa pasando 14 meses en tierras patrias lejanas, aprendimos a adaptarnos a las nuevas circunstancias durante más de un año. El alejamiento del hogar materno, la escasez de dinero y la férrea disciplina, nos curtió de diferente formas a cada uno de nosotros, pero a todos nos ayudó a ser autosuficientes o simplemente más autosuficientes y a extremar el ingenio para adaptarnos a esa nueva y temporal vida.

¡Desde luego que el que no se adaptaba lo pasaba mal o muy mal!.

Más de uno dirá que aquellos eran otros tiempos ¡y efectivamente lo eran!, pero para aprender a batallar eran mucho mejores que los actuales.

La gente de entonces era más combativa, más batalladora, más resistente que la actual.
Sabía sacrificarse y sabía esperar. Las dos cosas hoy casi desaparecidas de nuestro día a día.

En los Ciclos Bajistas de las Bolsas es cuando se puede aprender más de los mercados, cuando se templan los verdaderos inversores, aquellos que triunfarán en la posterior fase alcista que siempre sucede a una bajista como la actual.

Kostolany decía aquello que para ser un buen inversor bursátil había que haberse arruinado más de una vez. Nosotros discrepamos del gran maestro, pero admitimos que el inversor que sobrevive a las fases bajistas se desenvuelve mejor en las alcistas

En Bolsa los inversores que no se saben adaptar a los malos tiempos del mercado, perecen como tales o simplemente desaparecen de los parqués.

En las fases bajistas hay que arriesgar lo justo, conocer la guerra de guerrillas y saber retirarse a tiempo. Ya que el enemigo es más poderoso que tú y te puede arrollar.

En Bolsa, uno tampoco se debe dejar influenciar por las masas, ya que ellas eligen a los dirigentes que nos gobiernan, por lo que ya conoce los resultados de la “sabiduría popular”.

En los mercados de poco sirve hacerle la pelota al pueblo -léase la gran masa de los pequeños inversores- ya que en el 90 % de los casos perderá hasta la camisa.

Recuerde que las masas suelen ser adoradoras de causas ruinosas tales como La Seda, Ercros, Amper o Reno de Medici, todas acciones bajistas durante casi 23 años.
¡Y a pesar de todo las siguen defendiendo y comprando!. ¡Quedando superclaro que las masas no aprenden con la experiencia!.

Hágase a la idea de que está solo en los mercados, procure pasar desapercibido, estudie profundamente al enemigo y sírvase de ataques puntuales o simplemente espere su momento para atacar los mercados. El precipitarse puede ser letal.

No emplee sus tropas -su dinero- en batallas inútiles o perdidas de antemano.

La guerra no se pierde o se gana en unas cuentas batallas, pero si en el día a día.

Como en la guerra, coloque los explosivos, -en este caso su dinero- en el sitio que más daño puede hacerle al enemigo, no dispare contra cualquier cosa que se mueva, ya que malgastaría sus balas -su dinero-. Concentre su energía en objetivos muy concretos y no disperse esfuerzo y munición en tonterías de pobres resultados.

Si no puede con el enemigo simplemente no batalle, espere su momento.

La paciencia y la disciplina son algunas de las virtudes imprescindibles del buen soldado que siempre deben estar presentes en el inversor de acciones.

Evite que los demás le influencien con sus triunfos reales o aparentes, usted espere fríamente apostado, como un tirador de primera con su buena arma, su gran oportunidad.

¡No tenga dudas que la tendrá!.

Saludos y suerte en las inversiones.