Justo un día después de que José Luis Rodríguez Zapatero haya sufrido su primera huelga general,  desde que es presidente de Gobierno, terminará el plazo para la presentación de los Presupuestos Generales del Estado en el Congreso de los Diputados. El paro responde a su fracasada apuesta por la política social, sobre la que ha tenido que ceder terreno debido a las exigencias de Bruselas, y es que la Comisión Europea lo dejó claro. España deberá reducir su déficit público del 11,2% que registró en 2009, hasta dejarlo por debajo del 3%. Debido a esta razón, el próximo año será decisivo para encauzar el problema, y claro, no hace falta ser un experto economista para deducir que la única forma de hacerlo es reduciendo el gasto y la inversión pública.

Claro que el problema es tal ya que, salvo el Gobierno, muy pocos creemos que se pueda cumplir el objetivo, llevamos meses escuchando rumores acerca de una posible salida de la “zona euro”.

Faltan los detalles de las cuentas públicas de 2011 pero podemos adelantar que los tiros irán por “contraer el gasto”. Pero, ¿es fácil conseguirlo?

Partamos de una realidad, España es bastante más pobre que hace dos años cuando estalló la crisis, estamos endeudados de por vida y como el mismo “Jefe” apuntó hace unas fechas “se tomarán más decisiones difíciles  si son necesarias” por lo que me atrevo a aventurar que ya nada es descartable. Pensiones, impuestos, sueldos de funcionarios, menos empleo público, menor inversión en infraestructuras… o hasta disminuir las prestaciones de los parados pudieran ser los ámbitos de intervención para lograr el ambicioso objetivo de reducir el déficit. Otro punto a tener en cuenta es el de que se han acabado ya los cheques en blanco para salir apresuradamente del apuro. Supongo que seguirá habiendo ayuda social, pero esta tendrá que cumplir unas exigencias, véase, los parados que no hagan los cursos que se les ofrezcan, perderán la prestación.

Otro punto a tener en cuenta será el crecimiento económico, pero mucho me temo que aunque la caída del mismo se haya ralentizado, aún nos esperan tasas de crecimiento poco menos que planas.

Desde mi punto de vista el objetivo es posible. Será necesaria una gran dosis de “valentía política” que hasta la fecha no hemos advertido en el Ejecutivo. Este, tendrá que asumir cierto desgaste político ya que las medidas a tomar no podrán ser “cosméticas” como hasta la fecha.

El Gobierno deberá seguir apostando por las políticas de investigación, desarrollo e innovación fomentando a las empresas con estrategias exportadoras, que a su vez deberán mejorar su competitividad. El Gobierno paralelamente deberá ofrecer a estas empresas mayor seguridad jurídica garantizando la unidad del mercado en el territorio nacional o liberalizando nuevos sectores, véase el transporte o la energía.

Zapatero deberá recortar el gasto social, que no hace mucho suponía el 50% de lo que el Estado invertía cada año. Educación, sanidad y el gasto de pensiones serán analizadas con lupa, que buena falta les hacía.

Pero es que el gran dilema de los presupuestos no es tanto de volumen total, sino de asignación particular, es decir, ¿cómo disminuir la demanda pública sin comprometer nuestro débil crecimiento y de este modo prolongar más aún la crisis?

Pero claro, en este punto las opciones válidas se reducen a una, ya que un cambio de patrón con verdadero apoyo social, solamente vendría dado por el apoyo de los presupuestos por parte de PP, cualquier otra solución no haría más que alargar la agonía de nuestra economía, pero como ustedes bien saben en esta vida “nada es gratis” y los populares a cambio pedirían el adelanto de las elecciones.

¿Estará Don José Luis dispuesto a sacrificarse por el bien de la nación o por el contrario pactará con el PNV cambiando transferencias en política de empleo por el apoyo en los presupuestos?


P.D. el miércoles por la tarde se hizo publico el apoyo del PNV al PSOE


Salud y suerte en las inversiones, las vamos a necesitar