En el mundo de la música un “revival” es una canción, corriente musical o baile, que antaño tuvo éxito y que hoy vuelve a estar de moda. Debido a una película, nueva versión o simplemente al marketing musical.

La Bolsa ha tomado buena nota de ello y está de “revival”. Aunque el tema no es precisamente para celebrarlo o ponerse a bailar.
Simplemente está recordando aquellos infelices finales de los setenta en los que bajó y bajó hasta el año1982, llegando a cotizar los valores por los suelos.

Como entonces, y pese a las creencias, la culpa no la tiene el Cha-cha-cha, sino el petróleo, los inmuebles y la inflación.

Monstruos y variables económicas qué surgen de cuando en vez, -sin que nadie sepa por qué-, como la marabunta en la selva amazónica, llevándoselo todo por delante.

Esos bichitos, que tal como diría Jesús Sancho Rof: “si se caen de la mesa se matan”, son capaces de devorar los ahorros de los modestos ciudadanos, hundir o poner en jaque a empresas, quebrar bancos y sembrar el caos económico y la pobreza por doquier.

¿Y los políticos españoles que hacen?. Pues mire usted, están muy ocupados en discutir en el Congreso si quitan o no los símbolos de la religión católica. La prioridad es decidir, ¡eso si por Ley!, que ahora todos no creemos y punto.

Ante está situación, en la que cualquier español de mínima inteligencia quedaría perplejo, lo más aconsejable es tomar las debidas precauciones, ya que si ellos no se ocupan de lo que es su obligación, mal lo pasará Usted si no mira por lo suyo.
Vemos que el pueblo ha entregado su voto, su alma y su vida a los políticos y que esto tiene difícil solución.

Volviendo al “revival” bursátil-económico, -siempre según nuestra teoría- comprobamos que el mercado inmobiliario estará aletargado, -sino deprimido-, unos añitos, el petróleo está en una imparable espiral alcista, la inflación está desbocada y las Bolsas bajan, bajan y bajan. ¡Todo tal cual finales de los años 70!.

Algunos dirán que no se puede comparar el escenario, y quizá tengan razón, pero el tiempo y los acontecimientos hablan y hablarán por si solos.

En el año 1982 Vallehermoso cotizaba a unos 10 céntimos de hoy en día, y Urbis a menos, por poner dos ejemplos de algunas de las empresas que en aquella época cotizaban en la Bolsa española y que todavía subsisten hoy en día.
Ni mucho menos queremos indicar que a estas cotas volverán esas acciones, pero si que les queda bajada, ¡mucha bajada. Quizá un 50 % (¡cincuenta por cien!).

De otros valores, mejor no hablar. ¡Todo, todo, todo por los suelos, así estaba!. Ahora mismo, aunque hagan el paripé de mantener el Ibex35 allá arriba, el mercado aparenta llevar el mismo camino.

En aquellos tiempos el Banco de España tenía el arma de la devaluación de la peseta para tratar de corregir ciertos desequilibrios, hoy esto es imposible ya que estamos en la zona euro y eso lo decide el Banco Central Europeo. Por lo que actualmente no existe aquella posibilidad con la que paliar la falta de competitividad de la economía española.

La Bolsa española está tremendamente bajista y así estará probablemente durante dos años más. Le guste o no.
Y aunque nosotros no le podemos garantizar que todo sucederá tal como decimos, nadie le hablará más claro.

Los mínimos volúmenes observados en infinidad de valores como: Pescanova, Dinamia, Parquesol, General de Inversiones, Natra, Elecnor, Befesa, Iberpapel, Adolfo Domínguez…………………..etc., etc., son para salir corriendo de la renta variable y no parar hasta el año 2010.

Es una curiosidad de la sicología bursátil que muchos inversores en principio no se creen que un valor vaya a triplicar su cotización y después, no creen que la vaya a dividir por tres. Pero esto es Ley de Bolsa.

Si nos admite un humilde consejo, no esté en la Bolsa ahora, ahorre y prepárese, verá cuanto le cundirá el dinero en el año 2010 ó 2011.
Lo van confundir con uno de esos españoles que en la gran manzana lo ven todo tan barato que dicen aquello de : “give me two” -deme dos-.

No, no nos de las gracias, ¡es gratis!. Ya sabe: ¡gentileza de la casa!.
Tampoco nos lo reproche, ¡no está obligado a seguirlo!.

Haga lo que haga, ¡sea feliz y gane dinero!.

Saludos y suerte en las inversiones.